El quinto candidato enrarece peligrosamente el ambiente político-electoral. Su improcedente registro deja a los mexicanos en la indefinición jurídica y en la indefensión democrática. Tenemos un aspirante a gobernar el país acusado de cometer serias irregularidades. Y a la última instancia electoral bajo sospecha de parcialidad y favoritismo. Con el vigilante en connivencia con el delincuente, el escenario no puede ser peor.

La burda y grotesca decisión de cuatro magistrados del Tribunal Electoral de “imponer” como candidato presidencial a Jaime Rodríguez Calderón, no tiene la mínima posibilidad de hacerlo llegar a Los Pinos.

Más allá de las cuentas, cronologías y propósitos sobre la forma como el gobernador de Nuevo León ha sido incorporado a la boleta electoral, se revela la realidad en toda su crudeza sobre la relación, en este caso electoral, que se da y es cada vez más ostensible y oprobiosa, entre la ciudadanía y las autoridades.

Ésta se circunscribe a que, quienes tienen poder, no lo ponen al servicio de las personas, como debe ser, sino que lo entregan, con sus decisiones, a personajes del momento, ya sea por interés o por consigna. Al particularizar sus atribuciones, las desnaturalizan. Es censurable que privaticen una función pública en detrimento de la colectividad, cuando debería ser la única beneficiaria.

Cabe decir que la agresión legal con una actitud inmoral, inatacable y definitiva de aceptar como candidato presidencial a El Bronco, ha sido consumada únicamente por los magistrados José Luis Vargas Valdez, Felipe Fuentes Barrera, Mónica Soto Fregoso e Indalfer Infante. Lo han hecho por su pertenencia al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Por contraparte a la actuación de esos supuestos defensores de los derechos electorales, hay que hacer notar el dignísimo papel de los otros tres magistrados que votaron por que no se avalara a Rodríguez Calderón como candidato presidencial. Su razón era fundada: le faltaron más de 16 mil apoyos, además de haber incurrido, por miles de veces, en toda clase de irregularidades.

La presidenta del TEPJF, Janine Otálora, con gran dignidad y autoridad, expresó su desacuerdo con el dictamen de la mayoría, pero no tuvo alternativa, igual que sus compañeros Felipe de la Mata y Reyes Rodríguez, más que ajustarse a ese método de decidir por mayoría que, en México, pareciendo el mejor en democracia, deviene tiranía cuando se antepone el interés de unos al de los más.

El problema que ha desatado el reprobable desempeño de Vargas Valdez, Fuentes Barrera, Soto Fregoso e Infante, tiene muchas aristas y producirá consecuencias. Mienten sin pudor al afirmar que al “independiente” no se le concedió audiencia. Tuvo doce ocasiones para defender su causa.

Derivado de su decisión, se alterará sensiblemente la ruta técnica y logística que estaba desplegando el INE para llegar al primero de julio. Y habrá qué ver el escenario que se arme después de la sentencia que emita la Fepade en su momento sobre la denuncia de irregularidades que esa institución le presentó contra Jaime Rodríguez Calderón.

Sea cual fuere su resolución, será posterior a los comicios, pues se lleva por separado respecto del proceso electoral. No es vinculante por el momento, menos porque los tiempos para condenarlo o exonerarlo no empatan con la cita en las urnas.

¡Ah!, pero mientras, El Bronco hará campaña. Hacer ese papel en su calidad de acusado —y “víctima” del INE, según dice— no les importó a los magistrados electorales. Con eso, no han hecho más que sembrar la duda colectiva. Además, ¿cuál es la calidad moral de Rodríguez Calderón para estar en campaña y pedir a la ciudadanía que vote por él?

Lo peor del caso es el enorme descrédito que han generado cuatro personas sobre la institución que, en última instancia, debe convalidar el resultado electoral presidencial.

Es importante que el electorado recupere y deposite de nueva cuenta su confianza en la última instancia electoral. Pero no será gratuita. Se la tiene que ganar.

Se esperaría que la conciencia social y la información que se está generando alrededor del político neolonés, se resuelva al menos en parte por un voto razonado. La madurez política electoral podría cobrar en las urnas la cuestionada actuación de los cuatro magistrados.

SOTTO VOCE… Con su declaración de que nadie tendrá que autoexiliarse si gana la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador ha hecho un guiño a actores y factores de poder que, si le creen, podrían, si no apoyarlo, sí “dejarlo pasar”… Una calificadora tan importante como Moody´s, al subirle la calificación a México, no da por un hecho que AMLO sea el seguro ganador de la elección el primero de julio… Raúl Contreras, director de la Facultad de Derecho de la UNAM, rinde su segundo informe. Sostiene, con datos, que la conduce por el camino de la excelencia. Desde ahora se perfila como el más fuerte sucesor de Enrique Graue en la Rectoría, a la que, dicen sus allegados, no aspirará para un segundo periodo.

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@mariobeteta

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