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La cinta “The circle” (2017) —en castellano: “El círculo”—, dirigida por James Ponsoldt, basada en la novela honónima que en 2013 escribió Dave Eggers, anticipó la posibilidad de que una firma de Internet pudiera convertir la supresión de la privacidad en un gran negocio.

Imposible no suponer que la cinta parece inspirada en Facebook, particularmente al considerar las implicaciones de la filtración de datos privados con fines electorales por la empresa Cambridge Analytica.

Cuando Julian Assange aseveró que Facebook es la “máquina de espionaje más espantosa jamás inventada. Los usuarios están creando la base de datos más completa del mundo para la inteligencia de los EU”, las afirmaciones del perseguido fundador de WikiLeaks fueron consideradas como propias de la ciencia ficción.

Posteriormente, Edward Snowden definió a Facebook como “una compañía de vigilancia rebautizada como red social”.

Para atenuar tan incómodos cuestionamientos, Zuckerberg pretendió posicionarse como el gran promotor de la conectividad mundial. Por tal motivo, el 20 de agosto de 2013 lanzó el proyecto Internet.org (hoy Free Basics) para acelerar la penetración de Internet en el mundo.

A pesar de tan nobles propósitos, la agresiva imagen empresarial de Zuckerberg prevaleció, confirmándose ésta con la compra de WhatsApp, CrowdTangle, Instagram y los fallidos intentos por adquirir Snapchat.

La investigación que fue publicada el viernes 16 de marzo por The Guardian, The New York Times y Channel 4 News señalando que Cambridge Analytica podría haber usado información obtenida inapropiadamente de unos 50 millones de usuarios de Facebook para tratar de influir en las elecciones que dieron el triunfo a Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, precipitó una delicada crisis de confianza en Facebook la cual, en tan solo dos días, hizo que la empresa perdiera 10 por ciento de su valor.

Mark Zuckerberg sostiene que se cometieron errores al proteger los datos de los usuarios de esa red social. El mensaje que publicó en su muro definitivamente resulta emotivo: “si no podemos hacerlo entonces no somos dignos de servirlos”. Y, fiel al manual básico de manejo de crisis Zuckerberg agregó: “aunque se han tomado acciones para evitar este tipo de hechos desde hace años, todavía hay algo por hacer, y tenemos que dar un paso adelante y hacerlo”.

Debemos tener presente que hace unas semanas, Lorenzo Cordova, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer la firma de un convenio con Facebook.

Lorenzo Córdova rechaza que el convenio que el INE celebró con Facebook contemple la entrega de información personal de los mexicanos almacenada en la base de datos del padrón electoral. Sin embargo, el convenio tiene carácter de confidencial. ¿Por qué? No se especifica el propósito de combatir las noticias falsas y, se supone que ese fue el principal objetivo de lo negociado con Facebook y, además concede a Facebook oficinas en las instalaciones del INE.

Al amparo de la turbulencia informativa, Andrés Manuel López Obrador aprovechó la oportunidad para señalar al empresario Claudio X González, quien “probablemente” contrató a Cambridge Analytica para usar la información en su contra, acusando al INE por no haber investigado oportunamente las operaciones de esa empresa en México.

Convendría no descalificar los cuestionamientos de López Obrador, considerándolos descabellados, como en su momento pasó con los de Assange y Snowden. Podríamos llevarnos una gran sorpresa. Por lo pronto, Córdova alerta sobre un posible “evento de desinformación masiva intensiva contra el INE”. Efectivamente, de ficción.

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