En este país sufren los indefensos y quienes no están metidos en la corrupción. En las cárceles están quienes se robaron un refresco y aquellos que se han hecho millonarios a través del recurso público siguen como si nada.

Y no es que se tengan que perdonar los delitos menores, pero es intolerable la manera de impartir justicia, cuando ex funcionarios se ríen de la ley.

El  deporte no es la excepción y podemos contar diferentes actos deleznables de algunos que se supone deben cuidar los intereses de los atletas y de las diferentes disciplinas. En la lucha contra la corrupción dentro del deporte, han caído algunos dirigentes cuyos malos manejos de las finanzas y recursos los pusieron en la mira de las autoridades.

Pero faltan más, y faltan los peces gordos, esos que han disfrutado por años y años de las bondades del presupuesto para los atletas y la activación social, gozando de impunidad. Es por esos individuos, por los que tienen que ir los encargados de impartir justicia, siempre respetando todos los procesos, para evitar que una falla los deje en libertad.

Porque a quienes agarran, parece, son de menor perfil dentro de este círculo que tanto daño le ha hecho al deporte. Y no está mal que los detengan, pero insisto, aún queda mucho por hacer en esto.

Ejemplos de malos manejos hay muchos y que no solamente tienen que ver con el dinero. Ojalá que estos ejemplos sirvan para terminar de desenmascarar a estos personajes, quienes a pesar de sus fechorías continúan como si nada y aunque han capturado a algunos, todavía faltan quienes en este camino delictivo han dañado más, quienes sólo han buscado el beneficio personal.  

deportes@eluniversal.com.mx

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