Me llama la atención que para eventos trascendentales como la Universiada Mundial, con una inversión de 200 millones de pesos para llevar a cerca de 300 deportistas, entrenadores y dirigentes, se le ponga tan poca atención. No es posible que se haga un abanderamiento con menos de 100 atletas y funcionarios que difícilmente entienden lo que es el deporte.

De 2000 a 2006 era muy interesante ver que a cualquier delegación mexicana que fuera a participar en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos, además de Universiadas, la abanderaba el Presidente de la República.

Pareciera algo sin importancia, pero siempre será importante que los deportistas sientan que al gobierno de su país le interesan sus resultados. Entiendo que las autoridades tienen muchos compromisos, pero siempre puede haber un espacio en la agenda del titular de la Conade o de la SEP.

Antes de cada evento importante, los muchachos ya sabían más o menos el premio que les darían por alguna medalla. Aunque ojo, no es lo principal, también es una motivación, pero ahora no se les menciona nada de esto y en algunas ocasiones no se les da el recurso.

En esta ocasión, tampoco existe un libro de la delegación que viajó a Taipéi como para saber quiénes son, en qué pruebas y cuándo compiten. No hay información.

Ha sido frustrante ver el poco interés que se tiene para este tipo de delegaciones y algo tenemos que hacer para que nuestros jóvenes se sietan motivados y tengan un mejor rendimiento.

deportes@eluniversal.com.mx

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