Como dijo Paco Jémez, técnico de Cruz Azul, es indispensable que su equipo elimine al América, no hay más. No valen las derrotas honrosas, eliminaciones de último minuto ni nada que tenga que ver con que La Máquina no obtenga su pase a las semifinales. Sería “vomitivo” ver una eliminación tempranera.

Y a pesar de llegar con menos puntos, con una campaña irregular; de no contar con grandes figuras ni viviendo un gran momento colectivo, Cruz Azul no es el favorito, pero es el obligado, así de simple.

Está claro que a ninguno de los dos le gustaría quedar fuera en un Clásico, pero en el lado celeste hay heridas mucho más profundas que sanar y más fantasmas por borrar.

Ahora, siendo justos, tendríamos que analizar lo que implicaría una fase de cuartos exitosa para Cruz Azul, sin exagerar, podría salir tan fortalecido que cualquier cosa podría suceder, y al decir cualquiera cosa, me refiero directamente al título.

Eliminar al América sería el golpe anímico que este equipo ha esperado por décadas (al menos dos). Eliminar al América significaría enterrar gran parte de sus miedos y renovar sus ilusiones. Eliminar al América sería el primer gran paso para concluir una tarea que tiene 20 años pendiente.

La serie no está dispareja como muchos la ven. Si bien es cierto que cualquier duda es válida cuando se trata de Cruz Azul en rondas de matar o morir y que ningún pronóstico positivo es válido con este equipo, cierto también es que América no cerró el torneo de manera sólida, no lo hizo en materia de resultados ni en la manera de jugar.

La frase es vieja y comodina cuando se trata de dar un pronóstico, pero en un Clásico, todo puede suceder.

futbol@eluniversal.com.mx

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses