Las elecciones presidenciales del próximo año tendrán un peso significativo en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Un acuerdo relativamente bueno impulsará al candidato del partido en el gobierno, José Antonio Meade, y uno malo le restaría puntos. Sin embargo, lo que más preocupa a empresarios y al gobierno de Estados Unidos es el posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el candidato antisistema.

En octubre se anunció que las rondas de negociaciones se extenderán hasta el primer trimestre de 2018. El gobierno de Estados Unidos, cuyo represente es el férreo abogado Robert Lighthizer, ha expuesto su preocupación sobre el consistente liderato del precandidato de Morena en las encuestas y su alta probabilidad de que se convierta en el nuevo presidente de México.

Para el gobierno estadounidense, extender las negociaciones hasta marzo de 2018 es una arma de doble filo: por un lado, es una herramienta de presión que podría ayudar a flexibilizar la postura México en temas relevantes como el contenido regional y los mecanismos de solución de controversias, pero al mismo tiempo aumenta el riesgo de que se rompa el acuerdo, lo cual podría beneficiar al candidato de Morena.

En las sobremesas de las negociaciones del TLCAN el proceso electoral mexicano ha sido tema recurrente. Lo mismo entre empresarios de los tres países involucrados (México, Estados Unidos y Canadá) que por parte de sus negociadores en jefe, Ildefonso Guajardo, Robert Lighthizer y Chrystia Freeland.

Valentín Diez Morodo y otros empresarios cercanos al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se han encargado de llevar el mensaje a los hombres de negocios de Estados Unidos y Canadá: “Un triunfo del candidato de la izquierda no le conviene a nadie”.

El trabajo más fino, sin embargo, lo hace el canciller Luis Videgaray, de la mano del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, en los círculos políticos y empresariales.

El viernes pasado concluyeron los trabajos de la ronda 5.5 del TLCAN, sin grandes avances, además de que prescindieron de los representantes de los tres gobiernos. El 23 de enero se reactivarán las mesas de negociación en Montreal, Canadá.

Ildefonso Guajardo estima que las negociaciones pueden prolongarse hasta finales de 2018 por la complejidad del calendario político de ambos países. Es probable que se dejen los temas más álgidos para después de las elecciones en México y antes de que en Estados Unidos elijan a nuevos integrantes para la Cámara de Representantes, a principios de noviembre.

Guajardo, quien se mantendrá en su cargo hasta el final de la renegociación, se juega su futuro político y aunque ha pasado del optimismo al pesimismo en cuanto a los resultados de las negociaciones, confía en que lograrán un buen acuerdo.

No obstante, no descarta que en uno de los arranques de Donald Trump, Estados Unidos rompa el acuerdo incluso antes de las elecciones presidenciales en México. Este sería el peor escenario para el gobierno mexicano y su candidato José Antonio Meade.

Golpe a la economía.

Moody’s ha estimado que la salida de Estados Unidos del TLCAN ocasionaría un duro golpe para la economía mexicana. Según la calificadora, la disolución del tratado tendría como consecuencia una caída de dos puntos porcentuales en el PIB, el primer año, y de hasta cuatro puntos el siguiente.

La calificadora también ha expuesto que un triunfo de AMLO generaría un “choque brutal” para la economía mexicana en el corto plazo, derivado de la volatilidad que desataría en los mercados financieros.

Por su parte, López Obrador ha dicho que de convertirse en presidente de México renegociará el TLCAN. La apuesta del gobierno es que ninguno de esos escenarios se cumpla.

Empresarios preocupados

. La iniciativa privada del país, principalmente de los sectores automotriz, textil y agropecuario, se mantiene en vilo por el desenlace de las negociaciones del TLCAN.

Si bien los empresarios han respaldado y acompañado al gobierno en las rondas de negociación con sus contrapartes estadounidenses y canadienses, hay un mal sabor de boca por parte de algunos quienes consideran que no se han utilizado todas las herramientas disponibles para encaminar los acuerdos hacia la ruta correcta.

Twitter: @MarioMal. Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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