El pasado 5 de septiembre, el empresario Carlos Slim Helú asistió a la inauguración de la nueva sede del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. El dueño del Grupo Carso fue uno de los invitados de honor. Enfundado en un traje negro y corbata azul pastel, cortó el listón junto con el jefe de Gobierno, José Ramón Amieva; el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos; el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Leonel Luna; y el presidente del máximo órgano de justicia capitalino, Álvaro Augusto Pérez Juárez.

El multimillonario mexicano no pronunció ningún discurso ni dio entrevistas, pero participó en la develación de la placa del nuevo recinto en la que aparece uno de los nombres clave para que este proyecto se haya hecho realidad: el ex magistrado Édgar Elías Azar, amigo de Slim.

El inmueble, con un valor cercano a los mil millones de pesos, está ubicado en el número 150 de la avenida Niños Héroes, en la colonia Doctores, y se extiende en una superficie de más de cuatro mil metros cuadrados en los que se albergan 10 salas para juicios civiles y cinco para familiares, además de la Escuela de Jueces, con la que se busca especializar a los juzgadores en el Nuevo Sistema de Justicia Penal.

Se trata de una obra icónica no sólo por las características de edificio ‘inteligente’, sino por la compleja y poco común operación financiera que requirió su materialización.

La concepción del proyecto se hizo en los tiempos en los que el hoy embajador de México en Holanda, Édgar Elías Azar, dirigía los destinos del Tribunal, y en los que solía tener mayor cercanía y asesoría tanto del propietario de Grupo Carso, como de su amigo y ex secretario de Hacienda del salinismo, Pedro Aspe Armella.

A este último personaje se le considera el arquitecto de esa operación en la que el Tribunal Superior de Justicia de la CDMX enajenó cinco inmuebles sobre la calle Río de la Plata en la Colonia Cuauhtémoc (en la parte anterior de la Torre Mayor y a unos cuantos metros de la avenida Reforma), para obtener como contraprestación el proyecto y los recursos necesarios para la construcción de su nuevo edificio en la modesta colonia Doctores.

El mismo Aspe Armella tuvo que acompañar a Elías Azar al pleno, en 2014, para explicar y convencer a los otros 79 magistrados de que la operación inmobiliaria ofrecida al Órgano de Justicia era única y totalmente benéfica, por lo que debían instruir a su oficial mayor, el ahora magistrado Carlos Vargas, a proceder con la enajenación de los cinco edificios propiedad del Tribunal.

Era de esperarse que, en un Tribunal controlado en aquel momento por su presidente, la propuesta fuera avalada por el voto positivo de 68 magistrados, a pesar de que la magistrada Petra Quezada Guzmán y otros tres magistrados inconformes con la idea le hicieron saber a sus compañeros de irregularidades cometidas con tal aprobación, toda vez que las decisiones administrativas correspondían al pleno del Consejo de la Judicatura.

Para la enajenación de los cinco edificios y la construcción del nuevo complejo, el Tribunal emitió la licitación TSJDF/EBI/IR-001/2014 a la que se inscribieron inicialmente ocho firmas inmobiliarias, entre las que destacan Grupo Danhos, de Daniel Kabbaz; Fibra Uno, que dirige André El-Mann; Grupo Garza Ponce, de José María Garza Treviño; y Grupo Carso, de Carlos Slim.

En primera instancia, el concurso fue declarado desierto por lo que el entonces oficial mayor, Carlos Vargas, optó por llevar a cabo la enajenación de los inmuebles mediante una adjudicación directa en noviembre de 2015 y de la cual, según versa en el ACUERDO 51-47/2015 del TSJCDMX, resultó beneficiada la firma Inmuebles y Servicios Mexicanos, S.A. de C.V., una subsidiaria de Grupo Carso.

La propuesta ofrecida por Grupo Carso, aceptada por la Oficialía Mayor para concretar la operación de adjudicación directa, fue por 994 millones 436 mil 788 pesos, cifra con la que Elías Azar y posteriormente su sucesor, Álvaro Pérez Juárez, llevaron a término un negocio en el que el Poder Judicial capitalino se desprendió, según expertos inmobiliarios, de algunos de sus patrimonios con mayor plusvalía.

Posdata. La relación entre Elías Azar y Slim data de varios años atrás. En octubre de 2010, el ex magistrado asistió a la boda del hijo mayor del “ingeniero”, Carlos Slim Domit, quien se casó con María Elena Torruco, hija de Miguel Torruco, el próximo secretario de Turismo con Andrés Manuel López Obrador.

Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com
***En la foto: José Ramón Amieva y Carlos Slim. (Especial)

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