La fusión de Banorte con Interacciones, aprobada esta semana por los accionistas de ambas instituciones, prendió las alertas en Nueva York. Desde las oficinas de Michael Corbat, el presidente ejecutivo y CEO de Citigroup, salieron llamadas para preguntar los detalles de la concentración y cómo va a impactar su negocio en México.

No es para menos: Citibanamex es la segunda operación más importante de Citigroup, sólo detrás de Estados Unidos. Representa casi 15% de sus ingresos globales y 15% de su retorno de capital, el cual es considerablemente mayor al 10% que promedia el grupo.

Las preocupaciones de la fusión tienen que ver con el desempeño futuro de su negocio y sus perspectivas de crecimiento, pero también con lo que está detrás: la familia Hank, una de las más influyentes del país, cercanísima al PRI y al presidente Enrique Peña Nieto, cuyo poder financiero ha crecido de la mano de la política, terreno en el cual Carlos Hank Rohn, el líder del grupo, se siente como pez en el agua.

Si bien la familia Hank controlará con sólo 12.6% el nuevo banco, pues el resto de las acciones estarán repartidas entre otros inversionistas institucionales, su influencia política y dominio de algunos negocios como el financiamiento a estados y municipios podría aumentar velozmente la brecha con Citibanamex, institución a la cual van a desbancar del segundo lugar.

Los directivos de Banorte e Interacciones han ejecutado bien la estrategia de posicionamiento de marca al enarbolar que se convertirán en el segundo banco más grande por activos, cartera de crédito y depósitos, sólo debajo de BBVA y por encima de Citibanamex. “Un banco ‘mexicano’ será el segundo más grande del sistema financiero”, repiten, apelando al sentimiento nacionalista.

La estrategia, según allegados al grupo de los Hank, tiene más significado y fuerza tras el cambio de imagen corporativa que anunció Banamex en octubre del 2016, cuando antepuso la marca de su dueño Citi a la de Banamex.

Junto con el cambio de nombre, Citibanamex anunció una inversión de 25 mil millones de pesos para los próximos cuatro años para renovar su imagen, mejorar sus plataformas tecnológicas y servicios digitales, así como para abrir nuevas sucursales y cajeros automáticos.

Dicha inversión se mantiene y los planes de crecimiento también, según el director general de Citibanamex, Ernesto Torres Cantú. Sin embargo, la presión que comenzará a ejercer Banorte-Interacciones a partir de mediados del próximo año, cuando se prevé sea aprobada la fusión por parte de los reguladores financieros y de competencia, probablemente lo hagan pensar dos veces su estrategia.

Según directivos y ex consejeros del grupo, el CEO de Citibanamex tiene una presión doble: por un lado, seguir recuperando a los clientes que perdieron en los últimos años al mismo tiempo que aumentan la rentabilidad; y por el otro, demostrarle a Michael Corbat y los inversionistas de Citigroup que México seguirá siendo una de las joyas de la corona y que no vale la pena desempolvar las ofertas que hicieron en su momento bancos como Itaú y otros para quedarse con el negocio.

Para ello, el contrapeso de sus consejeros en México, encabezados por Valentín Diez Morodo, el asesor de los ultrarricos del país y negociador implacable, será de gran importancia.

El panorama, no obstante, podría complicarse más con la tormenta perfecta que se avecina de Estados Unidos y que, de concretarse, impactará las perspectivas económicas de México. Me refiero a la ruptura del TLCAN y la aprobación de la reforma fiscal de Donald Trump.

Por lo pronto y pese a todo, Ernesto Torres Cantú ya se comprometió a que será “cuestión de meses” para que Citibanamex recupere el segundo lugar como el banco más grande de México.

Ya lo veremos.

NAICM sustentable. ¿Qué tan sustentable va a ser la obra de infraestructura más emblemática del gobierno del presidente Peña Nieto? Según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) será una referencia global en sustentabilidad y la inversión que requerirá es multimillonaria.

Actualmente, la Comisión Nacional del Agua ejecuta las obras del Sistema Hidráulico del Lago de Texcoco, las cuales tienen un avance de 30% y representan una inversión de 19 mil millones de pesos.

El plan es que el aprovechamiento de las aguas residuales se haga por 21 plantas de tratamiento, así como lagunas de regulación, lo que implica una capacidad de almacenamiento de hasta 38 millones de metros cúbicos equivalentes a 60 veces el Estadio Azteca.

Twitter: @MarioMal.
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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