Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se miró las caras con los empresarios a los que alguna vez acusó de quererse adueñar del petróleo mexicano. Al medio día de ayer, el presidente electo arribó al ex Convento de San Hipólito, en la Ciudad de México, acompañado de la futura secretaria de Energía, Rocío Nahle; del próximo director general de Pemex, Octavio Romero, y de su enlace con la iniciativa privada, Alfonso Romo.

Llegó de buen humor. Saludó de mano a algunos de los más de 120 invitados (entre ellos unos 40 empresarios de la industria) que asistieron a la convocatoria. Esperó paciente su turno para hablar, seguido de Rocío Nahle, Octavio Romero y Alberto de la Fuente, el presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi).

Cuando finalmente le cedieron el micrófono, comenzó en tono de alarma y regaño: “Estamos en una emergencia, la producción de Pemex está en franco declive y si no hacemos algo pasaremos de producir 1.8 millones de barriles diarios a 500 mil al final de mi sexenio”, les soltó.

El presidente electo dividió su mensaje en dos partes: en la primera habló sobre la reactivación de Pemex y el resto del discurso lo enfocó al rol de las empresas privadas en lo que considera el rescate del sector petrolero nacional.

Durante 40 minutos, López Obrador expresó, sin un escrito de por medio, un discurso que dejó tranquilos a la mayoría de los empresarios del sector.

“Vamos a intervenir a Pemex desde el primer día de mi gobierno”, dijo a los asistentes a la reunión privada. “Y no me equivoqué, les digo que vamos a hacer una intervención completa; vamos perforar en aguas someras y en tierra, aquí hay cuatro o cinco compañías con plataformas, necesito que nos ayuden”.

Recuperó las palabras de Rocío Nahle, quien en su presentación dijo que ya comenzaron a revisar los 107 contratos entregados durante las rondas de hidrocarburos y los objetivos de inversión no se han cumplido.

“Nosotros esperamos que respondan más rápido”, dijo la futura secretaria de Energía.

Ahí fue cuando Andrés Manuel López Obrador comenzó a “leerles la cartilla”. “Como no han invertido lo prometido, vamos a detener las rondas de hidrocarburos; una vez que comience mi gobierno, nos volveremos a reunir en seis meses o en un año y me van a decir cuánto han invertido, cuantos barriles de petróleo han extraído y cuántas regalías para el Estado se han logrado; si vemos que no es buen negocio para el pueblo, no se reactivarán las rondas”, señaló.

Luego les dijo que no va a cancelar los contratos que ya se entregaron, que no habrá expropiaciones ni nada que desincentive la inversión. “Al contrario, vamos a agilizar los procesos para que se aprueben pronto los proyectos de perforación”.

“La pelota está de su lado. La reforma va a continuar si ustedes invierten lo que comprometieron, extraen el petróleo y nos dan nuestras regalías”, concluyó.

No hubo espacio para preguntas y respuestas, pero la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos llevó un mensaje conjunto para el presidente electo: que la industria está dispuesta a colaborar en el incremento de la producción y a cumplir con las inversiones de los contratos que ya se otorgaron.

Pero piden mayor eficiencia en los procesos de autorización para perforar pozos, los cuales suelen tardar más de un año.

Este tipo de solicitudes hechas por el presidente de la Asociación, Alberto de la Fuente, fueron recibidas positivamente por AMLO, quien asintió con la cabeza desde su lugar en el presidium.

Y sobre la revisión de contratos pidieron que se examinen, pero que se apuren, porque la incertidumbre es la que detiene las inversiones.

En el evento estuvieron empresarios como Ramiro Garza Cantú, de Grupo R; Tomás Milmo, de Perseus; Dionisio Garza Sada, de Jaguar Exploration; Miguel Alemán Magnani, de Grupo Galem; directivos de Perforadora México, propiedad de Germán Larrea, y de Grupo Carso, de Carlos Slim.

También asistieron, además de los directivos de gigantes extranjeras como Shell, Exxon, Chevron y BHP Billiton, los de Sierra Oil & Gas, encabezados por Iván Sandrea.

Fe de erratas

. El miércoles pasado publicamos que la señora María Ethelvina Suárez Flores era hermana de Carlos Humberto Suárez Flores , director de Relaciones Institucionales de Casa Cuervo e integrante del equipo de la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky.

La señora María Ethelvina Suárez Flores envió una carta de aclaración en la que mencionó que “no guarda ninguna relación ni parentesco con el Sr. Carlos Humberto Suárez Flores”.

***Foto: Plataforma petrolera de Pemex en Cantarell, en la Sonda de Campeche.

 

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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