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Tres cientos sesenta minutos divididos en seis episodios de este esplendido y revelador documental (Netflix) sobre el gurú hindú Bhagwan Shreee Rajneesh (Osho), líder de la secta Rajneesh que muestra los miedos ocultos del pueblo estadounidense de Antílope, Oregon, y de otras latitudes norteamericanas, con un miedo enfermizo y paranoico a lo desconocido.
Cuando con un hábil plan estratégico de invasión hindú llega la avanzada del gurú y compra una gran extensión de terreno en medio de la nada para construir una ciudad utópica. La cosa se comienza a calentar en el ambiente de una población que no pasa de los 50 habitantes.
Muchos fanáticos y seguidores de Bhagwan, que viaja en exclusivos Rolls Royce como si fuera el supremo Swami Pachandas (que, de hecho, lo es), los conflictos con los lugareños que se sienten invadidos y rebasados por los vestidos a manera de la “Marea púrpura”, estallan a lo largo del documental por miedo, ignorancia y temor de que el experimento de los Rajneeshes funcione y “destruya” como primer paso una población gringa y luego quién sabe que más.
Le atizan fuego los cercanos al gurú y polémico líder del culto, principalmente su secretaria Ma Anand Sheela, a la que se suman muchos personajes que narran de voz propia su historia y la fábula nunca bien vista por el pueblo estadounidense y los temores que le tienen a religiones y migraciones extrañas de gente que aparentemente sólo baila, hace sexo, celebra y parece que no matarían una mosca.
Sin embargo, este documental sobre lo que suscitó un escándalo nacional, dirigido por los hermanos Way (Chapman y Maclain), muestra también un lado perverso de la secta con un bien orquestado y disfrazado ataque bioterrorista concebido por Sheela; la también bruja particular de Bhagwuan, vocera y provocadora, que navega con piel de oveja, para atemorizar a la justicia yanqui, a su constitución, creencias y costumbres.
Las imágenes y el ordenamiento de la información visual y de contexto de este episodio de la vida americana que le dio la vuelta al mundo es fascinante como insólita en cuanto a las pasiones culturales y legales de muchos de los protagonistas, incluyendo algunos que estaban dispuestos a matar para defender sus ideales. Por otro lado está esa obsesión por lo legal y acomodaticio de la justicia americana, sumamente persecutoria para darle una lección a muchos que, la verdad, no se merecían, a pasar de las peleas y posiciones violentas del líder y su subordinada.
Hay partes en las que uno, más que un documental, parece que está en un thriller de alta intensidad y malévolas intenciones que van desde inyecciones letales hasta persecuciones como la de O. J. Simpson, que uno no sabe a dónde irán a parar cuando las aguas se calman (cosa que casi nunca sucede en esta historia vitoreada en Sundance) en este relato escabroso.
Cuando Bahgwan y Shleela pelean, la comunidad se divide y el FBI y las demás instancias legales que ya no saben cómo deshacerse del gurú y sus seguidores, reúnen evidencias, sobre manipulación de elecciones locales para hacer más fuerte y poderosa a la secta y luego de ser intimidados, casi dan con el laboratorio en el que se fraguó el ataque bioterrorista a base de salmonela. Años después unos mueren (entre ellos el Bhagwan) y otros cuentan, luego de algunos años de prisión, esta historia casi tragicómica y apasionante.
pepenavar60@gmail.com