Qué importante resulta a veces tener un buen catálogo de rock mexicano y gente experimentada que sepa explotarlo y potencializarlo en un formato, el vinil, que sigue siendo ave de las tempestades en estos tiempos digitales.

Tal parece que la única compañía que recicla estas no tan viejas grabaciones es Sony Music Mexico, mientras Universal Music (que dicen por ahí que sacó un par de discos de Zoé, pero que nadie ha visto) y Warner, con inexpertos en sus departamentos de artístico y Repertorio, no tienen ni idea.

No se trata de cualquier disco en gramaje de 180 y manufactura en Alemania sino de una colección de rock en tu idioma del sello Culebra, que le da la posibilidad al fan de tener en condiciones de ventaja digital ese álbum que no pudo comprar hace años, ese que luego se cotizó fuertemente entre coleccionistas y expertos que operan cada sábado en el tianguis (ahora) de Ropa del Chopo. Sin embargo, hay aún algunos resquicios entre pantalones, tenis y playeras donde algunos vendedores profesionales de rock nacional ofrecen estas maravillas al igual que algunas tiendas Mixup, próximas –según dicen— a desaparecer por la invasión de plataformas digitales.

En esos lugares, la cotización de vinilos recientes como un par de álbumes de la Cuca (El Cuarto de Cuca y Cuca la Racha), el Reluciente, de Aterciopelados; el Teleparque, de Jumbo; el de Tijuana No y hasta uno que se ha colado sin credenciales roqueras (el Stereohits de Moenia) se estira entre la oferta una demanda que fluctúa entre los 300 y 400 pesos por disco, tomando en cuenta de que los precios impuestos por Mixup no son para nada la base de la venta o el intercambio entre coleccionistas.

No hay que confiarse y decir “luego lo compro”, porque los tirajes de las serie de “Latinoamérica en Vinil” a veces no son tan grandes para lo que ofrecen: la posibilidad de tener una calidad de sonido (scratch incluido, lo que le da un plus de encanto adicional) impresionante, si se cuenta con un equipo óptimo de Alta Fidelidad Stereo y su correspondiente tornamesa profesional, y a la prueba del añejo me remito en tirajes que va de las 3 mil unidades hasta, en algunos casos, las 20 mil.

A los tirajes ya en tiendas hay que sumar los inicialistas del diamante: Jumbo-DD y Ponle Play”, Superespecial de Botellita de Jerez, cuando estaba el terror actual de ya saben quién, que está a punto de lanzarse como candidato a la presidencia de la República de manera independiente; el de Titán: Terrodisco, el homónimo de Los Amantes de Lola y dos emergentes al bat: Panteón Rococó: A la Izquierda de la Tierra y el de Natalia Lafourcade: Hu-hu-hu.

Eric García A&R de Sony afirma que saldrán más viniles, mientras confía que su competencia siga dormitando o desconociendo el meollo del asunto, en donde, de buena fuente, se dice que hay directivos que no saben ni lo que es una maquila y, por poco, hasta la denominación comercial de rock en español o rock mexicano en la contienda por poner al día su colección de vinilos. Por lo pronto quienes más ganan son los que se hacen con anticipación los lanzamientos raros o difíciles de conseguir de aquellos tiempos de Culebra.

También se anuncia un doble CD con DVD de Caifanes que se está yendo a extrainings por cuestiones de permisos sobre la imagen del material del grupo de Saúl, Marussa Reyes y su papá adoptivo: Jorge Chiwo.

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