La discusión en medios de comunicación y en diversos grupos sociales sobre Pemex y las tareas a ejecutarse para su fortalecimiento continúan. Varios defienden que no deben distraerse recursos financieros en tareas distintas a la exploración y el incremento de la extracción de petróleo con el objetivo de mantener e incrementar las exportaciones. Sostienen que invertir en la construcción de una refinería no es rentable y algunos agregan que el presente es un tiempo en que la opción es el desarrollo de empresas en el campo de las energías renovables. Los defensores de esas ideas objetan la construcción de una refinería en el país. Se llega a calificar esa decisión como incorrecta en términos financieros. Es un tema de particular significación, con una dimensión macroeconómica, al igual que el desempeño de Pemex. Además, las decisiones por parte del gobierno federal se están ejecutando a la vez que se discute el Plan Nacional de Desarrollo, cuyo sentido es constituirse en la hoja de ruta en la que se consideren las tareas que hagan posible la transformación de la economía y de la sociedad en México.

Las mayores empresas en la industria petrolera mundial tienen un esquema de negocios que considera toda la cadena, desde los procesos de exploración, pasando por la extracción y la refinación, culminando con la comercialización de gasolinas con marca propia. Es normal que tengan una implantación global con comercialización directa de sus productos, a la vez que buscan mantener propiedad o control de los hidrocarburos. Han desarrollado algunos otros ámbitos de negocio, pero sin descuidar la cadena producción en los hidrocarburos. Los resultados financieros que entregan tienen variaciones, pero no es sostenible que resulten sistemáticamente negativos. Incluso debe considerarse que su organización busca alcanzar los máximos beneficios a partir del manejo de toda la cadena de producción y por tanto es con base en ello que establecen sus procesos de formación de precios. En suma, no es una recomendación correcta persistir en tener una empresa productiva del Estado que no se organice considerando la totalidad de la cadena de producción en esa industria.

Además, insistir en la idea de destinar las inversiones fundamentalmente a las tareas de exploración y extracción de hidrocarburos para su exportación no resuelven el problema del déficit en la balanza comercial petrolera. Desde hace algunos años lo exportado de petróleo crudo genera una cantidad menor de dólares a lo demandado por importaciones en el sector y, en fechas más recientes, es incluso menor a los dólares utilizados para importar gasolinas. El resultado es una notable restricción para el crecimiento de la economía. Ello se agrava al considerar la operación de empresas extranjeras en las tareas de exploración y extracción en tanto implican importaciones de maquinaria y equipo y consolidación de sus ganancias en el exterior. Considerando plazos de más de cinco años lo necesario es diseñar una ruta de gestión para Pemex que permita terminar en plazos definidos con las importaciones de gasolinas y avanzar en la transformación de los hidrocarburos en el país en una mayor gama de productos que formen parte de su plataforma exportadora. A la vez generar condiciones para aumentar el contenido nacional en maquinaria y equipo en la industria de manera tal que toda la actividad se constituya en impulsor del mercado interno a la vez que genera una nueva relación con la economía mundial.

El incremento de la energía a partir de fuentes renovables es una tarea que debe continuarse. Sin embargo, no excluye lograr en un plazo relativamente corto la eliminación de la importación de gasolinas. La sustitución de las gasolinas por otras fuentes para la movilidad en el transporte urbano, regional nacional también implica inversiones importantes y será consecuencia de un cambio a partir de un crecimiento sostenido y de largo plazo, con incrementos importantes en los salarios reales de amplios segmentos de la población. Es uno de los resultados de modificar el funcionamiento de la balanza comercial petrolera. Pero además, ello no elimina la utilización del petróleo en gran cantidad de industrias. El petróleo es la materia prima no renovable de más amplio uso en toda la cadena de producción. También, por ello es necesario contar con capacidad propia en materia de gasolinas y decidir otros usos productivos de los hidrocarburos.

Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
Twitter: @GregorioVidalB
Correo: Email: vidal.gregorio@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses