En general, lo malo de la jornada dos del Clausura 2018 fue el arbitraje. En el partido Morelia-Puebla, al 59’ hay un penalti muy claro sobre el delantero peruano Raúl Ruidíaz que Jorge Pérez Durán no sanciona. En ese mismo partido, al 19’, Rodolfo Vilchis hace una entrada de tarjeta roja, al igual que Aldo Rocha y ninguno fue expulsado.

En el Tijuana-Necaxa, el defensa central Pablo Aguilar da una patada a un rival y ni siquiera hay tarjeta amarilla; casi al final, el asistente José Santana anula un gol al Necaxa por inexistente fuera de juego, anotación que le habría permitido rescatar un empate.

En el Chivas-Cruz Azul, a Fernando Hernández se le van dos jugadas de penalti muy claras para el Guadalajara, una sobre Javier Eduardo López y otra sobre José Juan Macías. En ese mismo partido, Alan Pulido es amonestado, se voltea y se ve claro cómo le grita “¡cagón!” al silbante y éste se guarda la tarjeta roja.

Le faltó jerarquía y muchísimas otras cosas en este partido. De lo menos malo en esta jornada fueron Óscar Macías Romo y Fernando Guerrero, quienes hicieron partidos con algunos errores, pero nada grave, al igual que Luis Enrique Santander, pero el arbitraje dejó muchísimo qué desear durante este fin de semana.

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