Todo depende de cómo se cuente la historia; lo escuchaba una y otra vez en la universidad, ahora en mi día a día sigo reafirmando lo veraz de esta premisa. Claro que existen otros factores, pero sin temor a equivocarme, lo central es cómo se cuenta.

Si leyeran: termina último de la competencia o termina en el lugar 116 de 118 atletas podríamos inferir, ¡que bárbaro, es malísimo! Siendo políticamente correcto pensaríamos, tiene muchas áreas de oportunidad o si es un padre mexicano hablando de su hijo la lectura sería, “estamos muy orgullosos de que hayas terminado”.

Ahora bien, si leyeran, “hace 365 días no conocía este deporte, ahora a los 43 años es la muestra de que no existen imposibles para el ser humano”. Esta es la historia y cómo debe leerse la proeza de Germán Madrazo al término de su competencia (15 kilómetros esquí estilo libre) en los Olímpicos de Invierno.

Tiene todos los elementos para ser el guión de una película, y si no me creen, la muestra está en Eddie the Eagle, un ser humano con una voluntad inquebrantable que conquista los Olímpicos sin haber ganado la competencia. Así debe ser considerada la historia de Germán y lo que hace durante esos últimos segundos de una competencia ondeando la bandera de México.

Siguiendo esta línea de pensamiento de cómo se cuenta la historia, una compañía que a lo largo del tiempo ha conseguido contar grandes historias es Walt Disney. Lo primero que viene a nuestra mente es el ratón más famoso y millonario del mundo, pero desde hace un rato no sólo son dibujos animados, películas o parques de diversiones, sino también deportes.

ESPN y su fantasy no sólo son un caso de estudio, sino una de las inversiones más prolíferas; a tal grado que la cadena ABC quiere saber dónde radica el éxito y la participación de los usuarios después de tener un incremento de tráfico de 75 por ciento y la participación de usuarios antes relegadas al olvido.

“Las mujeres gustan del fantasy y están consumiendo el producto”, infiero que esa era la premisa en las juntas después de ver que la estrategia aplicada tenía éxito.

¿Cambiaron el deporte? no, ¿cambiaron los gustos y preferencias? tampoco. Simplemente se limitaron a contar bien una historia, a vender bien su producto.

Por eso empezaba y concluyo diciendo que lo importante de una historia es cómo se cuenta y en lo que se centra el interlocutor, porque a pesar de que pase el tiempo, siempre estamos ávidos de escuchar y ver grandes historias.

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