El proceso de reconstrucción por los sismos de septiembre de 2017, un año después, muestra deficiencias atribuibles a errores, negligencia e incluso abusos de autoridades locales, estatales y federales.

Se han hecho evidentes censos mal levantados o sesgados por razones políticas, uso electoral de los fondos de ayuda, falta de transparencia en su aplicación y retrasos en la entrega de recursos, materiales o construcciones.

Huracanes, sismos, deslaves y otros desastres nos han enseñado en los últimos años la incapacidad estructural de los gobiernos para emprender, aterrizar y concluir de manera exitosa programas de atención a los afectados. No todo es corrupción, que sí la hay. También hay ineptitud y desinterés. Los gobiernos de todos los niveles en nuestro país entregan cuentas que van de regulares a pésimas en ese tipo de eventos. Ahora que se anuncian vientos de cambio, sería conveniente revisar la manera como se articulan, por ejemplo, los fondos federales para desastres con las administraciones estatales y buscar regulaciones generales que permitan superar ese lastre.

Pero también como sociedad tenemos que analizar qué ocurre. No todo es culpa de los gobiernos. El abuso se extiende de una forma preocupante.

Hay varios cientos de denuncias, especialmente en Oaxaca, en la zona del Istmo, pero también en regiones de Chiapas, de fraudes contra damnificados cometidos por individuos y empresas privadas.

Constructoras y coyotes abusaron de personas que recibieron sus tarjetas de Bansefi con dinero para reconstruir sus casas. Las vaciaron y desaparecieron en muchos casos. En otros entregaron menos de la mitad de la obra contratada.

Hasta ahora no hay ningún caso de privados con sentencia por fraude. Hay investigaciones y procesos abiertos. La impunidad general que reina en el país favorece este tipo de abusos.

Tenemos que seguir exigiendo a los gobiernos, vigilándolos, pidiéndoles cuentas y exhibiendo sus fallas.

Pero también tenemos que preguntarnos qué dice de la sociedad mexicana que frente a desastres como los del año pasado haya personas y empresas que vean la oportunidad, diseñen un plan para engañar y abusen sin escrúpulos de otros mexicanos aprovechando la vulnerabilidad y desesperación en que los dejó una tragedia como la de septiembre de 2017.

Es verdad que han sido mucho mayor la solidaridad de muchísimos mexicanos, pero no debemos pasar por alto el fenómeno contrario.

Los siguientes ya han sido denunciados ante autoridades judiciales: Iván Mouriz Collado, Antonio Martínez García, Felipe Valdivieso Rasgado, Constructora Grupo Deltha, Constructores Fundación de Asistencia, Construcciones Hiram Abif, Edificaciones e Infraestructura Ortiz.

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