Hace poco vivimos el rechazo a los partidos políticos y el enaltecimiento de los ciudadanos que quisieran hacer lo que evidentemente los que gobernaban no podían: entregar resultados a los gobernados. Hoy hay más opciones ciudadanas que partidistas y se asoma el oportunismo de quienes quieren el poder por el poder, aun si es fuera de los partidos. Algunas de estas opciones se presentan como independientes, siendo que poco antes de irse a inscribir estaban afiliados a algún partido.

El común denominador es que estamos rodeados de malos políticos, aun cuando se quieran envolver en el aura ciudadana.

Por un lado está el partido en el poder, el PRI, que sigue barajando sus opciones y cuya decisión principal parece depender de la decisión que tome el Frente Ciudadano por México sobre su candidato presidencial y no enfocado en los méritos de sus propias alternativas o en las propuestas de éstos por un mejor país.

Habla mucho del PRI que lleguen a la contienda sin que uno solo de sus militantes entusiasme, como sí les ocurrió hace seis años con Enrique Peña Nieto. Y que, siendo el partido en el poder, sientan la tentación de voltear a ver la opción de un no militante para quedarse con la Presidencia.

El Frente Ciudadano por México pensaba llamarse Frente Amplio Opositor, lo cual hacía sentido con su intención de oponerse tanto al PRI de Peña como a Morena de AMLO. Pero también ellos —PAN, PRD y MC— cayeron en la tentación de ciudadanizarse y lo hicieron modificando el nombre, aun cuando no hay nada que indique que se inclinarán por darle la candidatura presidencial a un ciudadano.

El Frente apunta a que será Ricardo Anaya su candidato y ahora tendrá que enfrentar a un rival más a partir de la renuncia de Margarita Zavala al PAN. Además de AMLO, el Frente se enfrentará al PRI, que si decide por la opción Meade jalará a los panistas anti Anaya; y a los independientes como la propia Zavala.

¿Será Margarita Zavala una rival importante para el Frente Ciudadano? Hasta el momento parece que su decisión de salirse del PAN tiene más que ver con un tema de dignidad que con uno de fuerza.

El PAN podría estar gozando de la fortaleza de contar con más gobernadores panistas que nunca antes en su historia y, sin embargo, lo que vemos son sus divisiones, pleitos y luchas internas, que se hicieron más evidentes con la salida de Zavala. El anuncio de Margarita no tiene peso dentro del PAN porque no se vio acompañado de figuras como senadores y gobernadores de su partido apoyándola en su éxodo.

Valdrá la pena entender bien a bien qué quiere ofrecer Margarita Zavala en materia política, ahora desde la vía independiente. Valdría la pena saber, por ejemplo ¿cuál considera ella fue el mayor logro de Felipe Calderón como presidente?, ¿cuál cree que fue la principal tarea inconclusa del ex presidente que ella quisiera llevar a cabo? ¿Qué problema es el que más le preocupa del México actual y cómo se propone abordarlo?

Son preguntas fundamentales para cualquier candidato que aspire a gobernar el país, pero más aun para Zavala que, por su posición cuando primera dama, tiene una óptica que ningún otro de los que ha levantado la mano para buscar la Presidencia goza.

La única candidatura segura sigue siendo la de Andrés Manuel López Obrador. En su tercer intento hoy también busca cabalgar en el caballo apartidista de su Movimiento.

Quedan 263 días para el 1º de julio y la mala política es la regla preocupante de esta contienda.

@AnaPOrdorica
www.anapaulaordorica.com

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