Los ataques terroristas cada vez se vuelven más recurrentes, requieren de menos preparación, logística e inclusive armamento. El impacto en medios sociales es prácticamente el mismo tratándose de 10, 50 o 500 víctimas.

Manhattan se convirtió en tendencia mundial con más de 7 millones de menciones. El alcalde de NY, Bill Di Blasio, que fue mencionado en más de 2 millones de ocasiones, confirmó: “Es un acto de terror cobarde”. En el acto se detuvo al atacante de nombre Sayfullo Saipov, que fue mencionado en más de 5 millones de ocasiones, el hombre de 29 años procedente de Uzbequistán y residente desde 2010 en Florida.

La conversación enfatizó que dicho ataque impulsa las políticas xenófobas implementadas por @realDonaldTrump, quien desde Twitter, como es su costumbre, solicitó un programa de investigación intensificado luego de dicho ataque. En otro mensaje de Twitter, Trump mencionó que el atacante es una “persona enferma y trastornada” y posteriormente envió condolencias a los familiares y amigos de los fallecidos. La primera dama, Melania Trump @FLOTUS, dedicó unas palabras en Twitter, al decir: “mi corazón se rompe por #NYC (…) pensamientos y oraciones”. #NYCTerroristAttack fue primer lugar de las tendencias en EU el 1 de noviembre, siendo mencionado en más de 1 millón de ocasiones.

El 2 de noviembre, ISIS se atribuyó el atentado mediante un comunicado en el semanario Al-Naba y describió al atacante como un “soldado del califato”. Las autoridades confirmaron que el ataque en celebración de Halloween no fue casualidad, ya que en el historial de búsquedas del móvil del atacante se encontraron frases como “Ataque en Halloween” y “Muerte en Halloween”.

Trump comentó que cabía la posibilidad de enviar al atacante a Guantánamo, posteriormente dio marcha atrás con una explicación en Twitter, afirmó que ese traslado a Guantánamo le “encantaría”, pero el proceso “estadísticamente” lleva mucho más tiempo que el sistema federal. Y acentuó: “También hay algo apropiado en mantenerlo en el hogar del horrible crimen que cometió. Hay que avanzar rápido. ¡Pena de muerte!”, escribió.

En un breve intermedio y durante 11 espléndidos minutos, el jueves 2 de noviembre, la cuenta de @realDonaldTrump fue dada de baja de Twitter. La noticia dio la vuelta al mundo, Donald Trump fue mencionado en más de 5.7 millones de ocasiones.

Trump informó del “incidente” que tuvo su cuenta en Twitter.

Rápidamente Twitter notificó de la falla en su plataforma y, momentos después, reconoció que se trató de un empleado que durante su último día con la compañía decidió “cerrar con broche de oro”.

@RealDonaldTrump emitió un simple mensaje: “Mi cuenta de Twitter fue desconectada durante 11 minutos por un empleado rebelde. Supongo que mi mensaje está llegando y teniendo impacto”.

El domingo 5 de noviembre se reportó un tiroteo en una iglesia en Sutherland Springs en Texas, dejó 27 víctimas mortales y al menos 24 heridos, informó el comisionado del condado Wilson Albert Gamez de manera puntual. Fuentes oficiales indicaron que el autor de la matanza, Devin Patrick Kelley, fue abatido.

El incidente ocurrió en una iglesia baptista, ubicada en una pequeña ciudad a 45 kilómetros al sureste de San Antonio, en donde las autoridades desplegaron un fuerte dispositivo policial, que incluyó la presencia de agentes del @FBI. San Antonio se convirtió en tendencia mundial con más de 1 millón de menciones; Texas fue tendencia con más 2 millones de menciones.

@realDonaldTrump envió condolencias a Texas, indicó que el FBI estaba haciendo trabajo de investigación en el lugar del ataque y que él mismo estaba monitoreando la situación desde Japón en dónde realiza una visita de Estado. El gobernador de Texas, @GregAbbott_TX, escribió en Twitter: “Nuestras oraciones están con todos aquellos que fueron perjudicados por este acto malvado. Nuestro agradecimiento a la policía por su respuesta”.

Como lo comenté en un inicio, cada vez es más fácil y más común el perpetrar un atentado y conmocionar al mundo a través de infundir el miedo desde los medios sociodigitales. Sería difícil afirmar que el primero es consecuencia de lo segundo , pero de que existe una correlación entre la simplificación de la causa y el efecto, nadie lo puede negar.

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