Hace cuatro días, en una casa de la colonia Praderas de los Oasis, ubicada en la zona suroeste de Ciudad Juárez, se encontraron los cadáveres de ocho hombres y tres mujeres. Según reportes de prensa, los asesinos iban por dos personas y acabaron asesinando a nueve más.

Por ahora, no se sabe mucho sobre el móvil de la masacre. Algunos medios locales describieron a la casa como un “picadero” y la Fiscalía General del Estado (FGE) afirmó en un comunicado de prensa que “el hecho podría estar relacionado a la disputa entre grupos criminales”.

Esta matazón no es un incidente aislado. La violencia homicida viene al alza en Ciudad Juárez desde hace varios meses. Entre enero y julio, se cometieron 713 asesinatos en la urbe fronteriza, según datos oficiales. Con lo acumulado en agosto, es posible que se haya casi igualado el total anual de 2017 (797). Y la trayectoria es todo menos alentadora: en los últimos dos meses, se han cometido seis homicidios por día en promedio, tres veces más que la media diaria del primer trimestre del año.

¿Qué hay detrás de esta escalada de violencia? No queda enteramente claro. Van algunas explicaciones que han aparecido en medios locales desde hace algunos meses:

Una disputa entre La Línea, el brazo armado del (muy disminuido) Cártel de Juárez, y Los Aztecas, la pandilla binacional que durante años fue aliada de ese grupo del narcotráfico.

Un conflicto al interior de Los Aztecas, el cual tendría como un episodio importante la muerte hace una semana de Juan Arturo Padilla Juárez, alias El Genio, en una riña al interior del penal de Aquiles Serdán.

El crecimiento del comercio al menudeo de metanfetaminas (el “cristal” en específico), así el surgimiento de laboratorios clandestinos para surtir tanto al mercado local como al de Estados Unidos. Por ejemplo, hace dos semanas, fueron encontrados dos cuerpos decapitados al interior de un presunto laboratorio de producción de cristal.

Los problemas de coordinación entre el gobierno estatal del panista Javier Corral y el gobierno municipal, presidido por el independiente Armando Cabada.

La debilidad del respaldo federal. Ciudad Juárez es uno de los municipios incluidos en el operativo Escudo Titán, iniciado por el gobierno federal a inicios de año. Sin embargo, según medios locales, el despliegue federal habría disminuido en la ciudad en los últimos tres meses.

Todo lo anterior no es más que hipótesis y coyuntura. En el fondo, persisten muchos de los factores que provocaron la grave crisis de seguridad de hace una década: la debilidad estructural de las corporaciones policiales tanto del estado como del municipio, la posición central de la ciudad en la geografía del narcotráfico, la enorme desigualdad social y un patrón de desarrollo económico que multiplica factores criminógenos, la falta de continuidad en los programas públicos, y la rivalidad permanente entre niveles de gobierno. Todo eso hace a Ciudad Juárez altamente vulnerable ante cambios en la coyuntura.

El milagro de Ciudad Juárez hace unos años fue algo extraordinario. En poco más de dos años, esa ciudad logró una disminución de 90% en el número de homicidios. Capacidad de reacción tiene de sobra la sociedad juarense. Pero la consolidación de esos logros es una meta mucho más complicada.

Esta semana, el equipo de transición celebrará en Ciudad Juárez el primero de una serie de foros de pacificación. Ojalá se lleven de allí dos lecciones básicas: los milagros son posibles, pero la paz es siempre frágil.

alejandrohope@outlook.com.
@ahope71

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