Hubo ayer un debate presidencial. Y alguien ganó. Y algunos perdieron. Y hoy, de seguro, todos comentarán el punto y los golpes y las defensas y el desenlace en las encuestas y todo lo que habitualmente se discute en estos eventos.

Lástima. Porque hay otras noticias que ameritarían más atención. Una en particular: en marzo fueron asesinadas 2729 personas en México, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Se trata del segundo total mensual más elevado (en términos absolutos) desde que se lleva este conteo, sólo por debajo del registro de octubre pasado.

Este resultado implica un incremento de 23% en comparación con el mismo mes del año pasado. Ese es para mí el dato más desalentador de este reporte: en los dos meses previos, la tasa de crecimiento en el número de víctimas se había desacelerado significativamente. Seguían al alza los homicidios, pero a un ritmo menor que en 2017. En marzo ya no podemos decir lo mismo: regresamos a la tasa de expansión del año pasado.

En el primer trimestre, fueron asesinadas 85 personas por día en promedio. A ese ritmo, cerraríamos el año con algo más de 31,000 víctimas de homicidio doloso. Pero, con toda probabilidad, el número de homicidios va a aumentar en los meses de verano (como sucede cada año). Eso implica que el promedio anual será mayor, tal vez más cercano a 90 homicidios diarios. De confirmarse ese techo, acabaríamos con un total anual entre 32,500 y 33,000 víctimas (Nota: en 2017 el total fue 28,730).

El fenómeno es nacional, pero los focos más rojos siguen estando en el centro-occidente del país y en la península de Baja
California.

Por tercer mes consecutivo, Guanajuato fue el campeón nacional de homicidios dolosos (en términos absolutos), acumulando más víctimas que el Estado de México o Guerrero. Y el problema no es sólo de nivel, sino de trayectoria: en el primer trimestre, el número de homicidios en ese estado creció 130% contra el mismo periodo del año previo. Comparando marzo de 2018 contra marzo de 2017, la cifra se triplicó.

En Jalisco, la situación es igualmente compleja. Allí el número de víctimas de homicidio doloso aumentó 44% en el primer trimestre, dos y media veces más rápido que en el país en su conjunto. En marzo casi sobrepasó la cota de 200 homicidios por mes.

Por su parte, Colima se mantiene como el estado con la mayor tasa de homicidio en el país: 96.7 por 100 mil habitantes a tasa anualizada en marzo, un nivel similar al de El Salvador.

Más al norte, la frontera arde. En Baja California, el número de asesinatos aumentó 51% en el primer trimestre con respecto al mismo periodo de 2017. Su tasa de homicidio (70.5 por 100 mil habitantes en marzo a tasa anualizada) es superior a la de Honduras y casi tres veces mayor que la del país en su conjunto.

En cambio, en Baja California Sur hay algunas de las pocas señales positivas de este reporte. En ese estado, los homicidios disminuyeron 41% en el primer trimestre con respecto al mismo periodo del año pasado y 67% con respecto al cuarto trimestre de 2017 ¿Esa mejoría notable es resultado de la intervención federal reciente, conocida como Escudo Titán? No sé. Tal vez. Hay que mantener el ojo en la península.

En resumen, miren y observen y discutan lo que pasa en la contienda electoral, pero sin olvidar que el país sigue su curso y la violencia no entiende de tiempos electorales.

alejandrohope@outlook.com. @ahope71

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