Guardado

es el claro ejemplo de ser un jugador profesional, entregado a su trabajo, que asume responsabilidades dentro y fuera del terreno de juego. En la cancha, es ejemplo de entrega, en el vestidor es guía de los jóvenes, en la concentración es líder y ante los directivos es el representante de los intereses de sus compañeros.

Es jugador de 24 horas, siete días a la semana y los 365 del año.

Este diciembre, se cumplen 14 años desde que se integró a la Selección Mexicana. A sus 32 años de edad, sigue corriendo en el campo, al igual que lo hizo ante Argentina en la Copa del Mundo 2006, cuando fue toda una sorpresa verlo jugar en un partido tan importante.

En la actualidad, el mayor reto del Principito no es competir por otro Mundial. La competencia es por conseguir un lugar en la historia del futbol mexicano.

Ha comenzado a igualar marcas de grandes referentes y comienza a aparecer en las listas de máximos ganadores, goleadores, más convocatorias, más juegos y victorias con el Tricolor.

Pero no sólo los fríos números avalan al nacido en Guadalajara . Veamos más allá de esto y hablemos de las virtudes que hoy ponen a Guardado en el debate de ser uno de los mejores jugadores mexicanos en los últimos años.

Compromiso. Hoy en día es escaso, se argumentan muchas cosas para no asistir; con Guardado, jugar en la Selección es un orgullo y nos lo demuestra desde aquel partido en 2005 contra Hungría.

Carácter. Puedes mostrarlo en el día a día con tu equipo, pero mostrarlo con la casaca de tu país, no cualquiera. Para muestra, en su debut ante Hungría otro joven que jugaba en el Santos Laguna también le llenaba los ojos a La Volpe en aquella Selección : José Antonio la Mona Olvera, quien arrancaba como titular y fue sustituido por Guardado. Qué ironía: un año más tarde, Andrés j ugaría el Mundial de Alemania y la historia del santista con el Tri quedaría en el olvido.

Humildad. De siempre, colaborar en la posición que se le necesita y siempre asumir el compromiso de ser un referente con el representativo nacional.

Amor por lo que uno hace. Dicen que, si haces las cosas con amor y pasión, siempre llegarán los resultados. El ex PSV ha mostrado pasión en cada institución en la que ha estado, incluso en aquel mal paso que tuvo por Alemania con el Leverkusen , a causa de las lesiones. Pero Holanda y España han visto las muestras de cariño que, gracias a su pasión por su profesión, se ganó a pulso el mexicano.

En estas discusiones, muchas veces estériles, para ver qué lugar tiene Guardado o qué puesto podría ocupar en la historia de nuestro futbol, yo lo colocaría dentro de los mejores cinco. No es el futbolista de tantos reflectores; sin embargo, triunfó en Europa y fue campeón. Un jugador de la vieja guardia, “a la antigua”.

Estamos viviendo el desenlace de un príncipe humilde que se está convirtiendo en un rey.

futbol@eluniversal.com.mx

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