Estamos en una era obsesionada por el parecer, más que el ser. De modo que a nadie debe extrañarle a estas alturas que muchas fotos en Instagram son una manera de proyectar el estilo de vida que desearían sus usuarios, más que un diario fiel del acontecer cotidiano.

Instagram se ha convertido en un vehículo de comunicación sobre las aspiraciones o hasta ilusiones pretenciosas de sus usuarios. Y es que ¿Quién quiere ver en nuestro Instagram un café del Seven Eleven o, peor aún, del Oxxo? Si no es, como mínimo, un café de Starbucks, mejor ni molestarse en sacar el celular para hacer la foto.

Para quienes operen en esta línea de pensamiento pretencioso-aspiracional existe un nuevo servicio que, seguramente, les fascinará: En Rusia la empresa pone a disposición de los fotógrafos un jet privado de $65 millones de dólares para “hacerse la selfie”. No de nuestro estilo de vida actual, claro está, sino de lo que creemos merecer.

¿Y cuánto cuesta la experiencia? Casi nada, en comparación con los $65 millones que un auténtico magnate necesita desembolsar: con unos 14,000 rublos (unos  $4,600 pesos) la empresa facilita el jet durante dos horas. Incluso si uno desea contratar un fotógrafo profesional para que le haga las cosas hay que agregar un poco menos, otros 11,000 rublos ($3,600 pesos aproximadamente) y el éxito de la sesión está prácticamente garantizado.

Desde luego, el servicio está disponible únicamente en Rusia, de modo que habrá que calcular también el desembolso del viaje en avión hacia aquellas tierras remotas, más hospedaje y alimentos. De modo que aquella selfie puede acabar costando varias decenas de miles de pesos.

OC
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Óscar Colorado Nates, editor de es crítico, analista y promotor de la fotografía. Miembro de y fundador de. Catedrático de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (CDMX).

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