Por Óscar Colorado Nates*

El sábado pasado, 20 de enero de 2017, nuestro Editor de Fotografía en el Universal, el maestro Ulises Castellanos, publicó un. Hace un par de años publiqué mi libro "Instagram, el ojo del mundo" como un intento de análisis serio sobre esta red social. En aquel entonces la app apenas había sido comprada por Mark Zuckerberg en lo que parecía una locura: mil millones de dólares. Con el artículo de Ulises, me pareció interesante compartir con los lectores de Mirada Universal algunas ideas sobre esta importante red social visual.

Instagram se come a los demás

Con los años, se ha hecho claro que Instagram es mucho más que una mera ocurrencia y no es una app del montón entre las miles de posibilidades ofrecidas hoy para nuestros dispositivos móviles. Instagram ha ido convirtiéndose en un gigante que ha implementado características devastadoras para su competencia. Gracias a sus "Historias", SnapChat bajó de manera importante. Sus "micro-videos" significaron la muerte de Vine.

Uno de los grandes éxitos de la aplicación era su sencillez; hacía poco, pero muy bien. Ahora Instagram comienza a parecer más un laberinto. Sin embargo su enorme fuerza radica en los millones (mil millones, para ser más precisos) de usuarios. Porque una red social está medida en el número de usuarios pues las propias funcionalidades de la aplicación pasan a segundo término si no tienes a nadie conocido con quien compartir.

Instagram es una plataforma para compartir nuestra vida a través de la fotografía, o nuestra vida fotográfica, según se quiera ver. En ese sentido es un canal increíble. Hace dos décadas, si te dedicabas a la fotografía era muy difícil compartir tu trabajo. Miles de fotógrafos amateurs tenían sus fotos en cajas o en álbumes y, si tenían suerte, podía pasar un "slide show" con un proyector de carrusel a sus desprevenidos amigos o familiares. Hoy es posible compartir tus fotos al instante, y no solamente con tu círculo más cercanos, sino con quienes se convierten en parte de tu comunidad, tus "followers".

No solo de "like" vive el fotógrafo

En el título prometíamos "qué es y qué no es Instagram" lo que sí sé con claridad es que ahora es un monstruo, en todos los sentidos. Monstruo en número de suscriptores, pero también en términos de un crecimiento de funcionalidades un poco extraño. Pero, ¿Qué no es Instagram? Creo que, en primer lugar, un espacio de validación de tus fotografías. En , últimamente me he dedicado a hacer lectura crítica de fotografías para quienes me lo solicitan. En fechas recientes me ha tocado leer varios portafolios de Instagram. Lo que he encontrado es que no hay una correlación entre el número de "likes" o de "followers" y la calidad fotográfica.

Me explico: he encontrado cuentas de Instagram excelentes con muy pocos seguidores o con fotos excelentes con poquísimos "likes". Por el contrario, he hallado cuentas de gente que apenas comienza a comprender el lenguaje fotográfico y que sorprende que tengan algunos miles de seguidores y fotografías francamente mejorables (por decir lo menos) con un montón de "likes". ¿Es eso bueno o malo? Creo que el problema es cuando nos enfrentamos a alguien que no sabe hacer fotografías y que se las muestra a gente que no sabe leerlas.

Yo creo que todos estamos en un camino de crecimiento fotográfico, y sin importar los años que se puedan tener con la cámara, todos estamos aprendiendo. Sin embargo, creo que sí es muy perjudicial armar una cuenta de Instagram con el propósito de ser popular y tener muchos seguidores. Tampoco es buena idea "creérsela" en términos de cuántos "likes" recibe una foto nuestra, porque podemos tener un estupendo trabajo que poca gente aprecia o, peor aún, no saber apreciar que una foto nuestra realmente es pobre aunque tenga muchos likes.

De modo que algo que no es Instagram es un medio para la validación fotográfica, ni para aquilatar el valor de un fotógrafo o su obra.

Lo que sí creo que es Instagram es una gran oportunidad para compartir tu visión del mundo, tus exploraciones, tus experimentos, tu cotidianidad, tus locuras y tus gustos.

Creo que Instagram, entendido como una bitácora visual, un diario fotográfico, es una gran herramienta, y su potencial para dejar una huella antropológica y sociológica de nuestra sociedad es increíble.

Dicho lo anterior, y para no extenderme más, creo que esta es una herramienta fotográfico-social estupenda, pero con la que hay que tener cuidado para no convertir el "like" en un fetiche ni a al número de seguidores en nuestro objetivo.

OC

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Óscar Colorado Nates, editor de es crítico, analista y promotor de la fotografía. Doctorando por la Universidad Complutense de Madrid. Miembro de y fundador de. Catedrático de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (CDMX).

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