Los terceros molares , también denominados cordales o muelas del juicio son motivo de desvelos en un buen número de casos. De hecho, constituyen uno de los problemas de salud bucodental más frecuentes en los adultos. Sin embargo, a otras personas estas piezas dentales les salen sin causar ningún problema. Por último, hay un tercer grupo en el que nunca llegan a erupcionar.

Para entender la función de las muelas del juicio debemos retrotraernos hasta nuestros más remotos ancestros.

“Los hombres primitivos tenían, tanto la mandíbula como la musculatura muy desarrolladas, y el espacio que había dentro de las arcadas donde están localizados los dientes era el adecuado para que existiesen estas muelas”, explica Ana Suárez, doctora en odontología y profesora de la Universidad Europea de Madrid .

LA MAYORÍA TIENE CUATRO, PERO NO SIEMPRE

La especialista añade que, con la masticación, los dientes se van desgastando tanto por la parte por la que masticamos como por la que se halla entre los dientes. “Las muelas del juicio, al igual que el resto de los dientes, van avanzando para cubrir ese desgaste. Es un rasgo evolutivo ir perdiendo poco a poco las muelas del juicio , puesto que actualmente los huesos maxilares son más pequeños y el desgaste que hacemos con la alimentación no requiere que tengamos que utilizar también esa muela”, detalla.

Según indica el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), la extracción de las muelas del juicio es uno de los procedimientos que más frecuentemente se realizan en ese país.

“Las muelas del juicio crecen al final de las encías y son las últimas piezas dentales en emerger. La mayoría de la gente tiene cuatro, una en cada esquina, pero no siempre es así. Por lo general, salen cuando se tiene alrededor de 20 años, es decir, a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera. Para entonces, los otros 28 dientes de adulto suelen estar ya en su lugar, por lo que no siempre hay espacio suficiente para que las muelas del juicio crezcan adecuadamente”, manifiestan los expertos del NHS.

Asimismo, señalan que, debido a la falta de espacio, las muelas del juicio pueden salir torcidas o emerger solo parcialmente. “Si las muelas del juicio causan molestias importantes o dolor severo es necesario concertar una cita con el dentista, que las examinará y aconsejará si hay que extraerlas o no”, apuntan.

“El hecho de que la muela no pueda salir con facilidad provoca cierto dolor e hinchazón de la encía, así como riesgo de infecciones y caries al quedar algún espacio entre la encía y la muela que quiere erupcionar”, argumenta Mireia Alcaraz, odontóloga de ADE, un grupo de clínicas ubicadas en Italia, España, Portugal y Polonia.

Desde ADE, señalan que entre los falsos mitos relacionados con las muelas del juicio, una de las afirmaciones que más suele confundir a los pacientes es que las muelas del juicio deben extraerse siempre. Sin embargo, destacan que esto no es así.

“Si hay espacio suficiente, no existe riesgo de infección y no perjudican al resto de la boca es mejor no hacer intervenciones y controlar su erupción”, aseguran.

NO EXISTE UN PATRÓN A LA HORA DE EXTRAERLAS

De igual modo, la doctora Suárez expone que, si una muela del juicio se queda dentro del hueso, no da problemas, no necesita tratamiento, no se requiere ninguna prótesis ni hay nada que vaya a molestar en la zona, no es recomendable extraerla.

“Las muelas del juicio solo se quitan si son molestas y vemos que no van a poder salir”, asegura. Además, subraya que no aconsejaría someterse a la extracción de una muela del juicio que no esté molestando, pues se trata de un procedimiento invasivo.

Para sacar las muelas del juicio “en ocasiones hay que quitar hueso y requiere un postoperatorio. No es complicado pero sí un poco molesto. No es coherente sufrirlo sin necesidad”, afirma.

Otra creencia extendida es que lo ideal es operarse de las muelas del juicio antes de cumplir treinta años. No obstante, Mireia Alcaraz advierte de que esto no es del todo cierto.

“No hay un patrón claro, puede depender de muchas circunstancias, como la posición molar , el nervio dentario o las muelas adyacentes. Aunque sí es cierto que suele haber más dificultades entre los mayores de 25 años”, añade la odontóloga.

También suele creerse que las muelas del juicio pueden desplazar al resto de los dientes hasta el punto de cambiar la estructura de toda la dentadura. En este sentido, Alcaraz recalca que “pueden influir, pero no es determinante”.

Otro de los mitos arraigados sobre las muelas del juicio es que no sirven para nada. Sin embargo, los especialistas de ADE aclaran que éstas pueden cumplir su función como cualquier diente, siempre y cuando estén bien situadas y puedan tener contacto con otro molar.

Por último, existe la creencia de que es necesario extraer las muelas del juicio cuando un paciente va a ponerse aparatos. Sobre este caso, los odontólogos de ADE entienden que, posiblemente, “haya que hacer un estudio más profundo para ver si es necesario o no, pero no es imperativo”.

En cualquier caso, desde ADE subrayan que la mejor forma de sacar conclusiones y saber exactamente qué es lo mejor para nuestra salud dental es visitar a un dentista de confianza de manera regular.

jpe

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