jose.espindola@clabsa.com.mx

El eclipse llegó y con él la emoción de la gente por querer observarlo. A pesar de las indicaciones de no usar lentes de Sol, cámaras ni radiografías para mirar directamente el fenómeno, el público los utilizó, no importaba nada, ellos querían ver al llamado “fenómeno astronómico del siglo”.

Más de 4 mil personas se dieron cita en Universum, Museo de las Ciencias para disfrutar de los talleres, charlas y la observación del fenómeno con telescopios que la institución ofreció.

Teresa Romero, madre de familia, llevó a sus dos hijos al recinto para que pudieran disfrutar e informarse sobre lo que son los fenómenos astronómicos. “Yo siempre les digo que no crean todo lo que está en Facebook, ya ves que te dicen que si estás embarazada que te pongas un hilo rojo, que son augurios de mala suerte. Facebook está lleno de mitos y desinformación, por eso decidí traerlos, para que gente experta en el tema les explique sobre los astros. Es importante educar hijos informados y darles las herramientas necesarias para que no crean todo lo que leen en Internet. No es posible que en pleno siglo XXI siga existiendo gente que crea que los eclipses son malos, que provocan daños a la salud y que no los vean como son: fenómenos de la naturaleza que más que asustarnos deberían de alegrarnos”, dijo Romero mientras estaba formada para tomar uno de los talleres.

Por su parte, Cristina Montoya fue una de las primeras asistentes que pudo apreciar el fenómeno astronómico a través de uno de los ocho telescopios que se instalaron en la explanada del museo. “Sí, pude ver cómo la Luna ya se empezaba a comerse al Sol. Se ve el círculo amarillo, no tan amarillo por cierto, y una pequeña mancha negra en uno de los extremos superiores. Me emociona esto, me recuerda el del 91, aunque debo decirlo, no hay comparación. En aquel entonces se oscureció totalmente, los pajaritos se metieron a los árboles, y el silencio se apoderó de las colonias. Fue algo maravilloso. No cabe duda, recordar es volver a vivir”.

Pilar Navarro, amiga de Cristina, aseguró que no vio nada. “No vi nada, ni una mancha. No sé si es porque estoy muy ‘cegatona’ o por qué, pero no vi nada, en cambio en el 91 no era que lo vieras, se notaba. Fue una cosa increíble. Venimos a Universum pensando que nos iban a dar lentes como los que dieron en el 91, pero no, además la gente te acarrea, es muy poco tiempo que puedes usar el telescopio y se entiende por la cantidad de personas, es más el tiempo que te formas que el que estás en el telescopio”.

“Sé que tenemos que mejorar muchas cosas de logística, me encantaría tener más telescopios, más espacio para todos, pero me quedo con la respuesta del público, su paciencia, la pasión de visitar Universum. Me encanta la gente súper animada, celebrando cuando el cielo se despejaba, estoy muy contenta que el público haya escogido Universum”, contó Miriam Carrillo, curadora educativa del museo científico.

El biólogo Daniel Barreto, subdirector de Universum, concordó con Carrillo porque reconoce que la gente los sobrepaso y tuvieron problemas de logística. “Ya tenemos experiencia y sin embargo nunca sabes con certeza cómo va a responder la gente, pudimos haber tenido 300 personas, es un poco incierto porque en las redes sociales se comparte mucho, les dan like a las publicaciones, retuitean, pero eso para nosotros no siempre se refleja en la asistencia del público a los eventos. Necesitamos más telescopios”, aseguró Barreto.

Las actividades contaron con el apoyo de la Sociedad Astronómica Nibiru, un colectivo de la Facultad de Ciencias de la UNAM, quienes invitaron a la gente a acercarse a los astros siempre y no sólo cuando hay algún evento mediático.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses