Los estadounidenses Frances H. Arnold y George P. Smith y el británico Gregory P. Winter ganaron este miércoles el Premio Nobel de Química por aplicar los principios de la evolución para desarrollar proteínas que luego sirvieron para producir desde biocombustibles hasta medicamentos.

Los trabajos de los tres científicos galardonados allanaron el camino para la producción de nuevos materiales o biocarburantes más limpios, así como terapias innovadoras, señaló la Real Academia de Ciencias de Suecia.

Arnold, de 62 años, quinta mujer galardonada con el Nobel de Química, recibe la mitad de este premio dotado con nueve millones de coronas suecas (1,01 millones de dólares, 870.000 euros), mientras que Smith, nacido en 1941, y Winter, de 67 años, comparten la otra mitad.

"Han replicado los principios de Darwin en probeta. Se han basado en la comprensión de la molécula que extraemos de los procesos de la evolución para recrearlos en el laboratorio", precisó en conferencia de prensa el presidente del comité Nobel del premio, Claes Gustafsson.

La evolución dirigida es un conjunto de tecnologías que permite mejorar una proteína o un ácido nucleico al reproducir artificialmente el proceso natural de la evolución, aunque buscando orientarlo en una dirección elegida.

Antes de Arnold solamente otras cuatro mujeres habían sido galardonadas con el Nobel de Química: Marie Curie (1911), Irène Joliot-Curie (1935), Dorothy Crowfoot Hodgkin (1964), y Ada Yonath (2009).

El martes, la canadiense Donna Strickland se convirtió en la tercera mujer en recibir el premio Nobel Física, compartido con otros dos científicos.

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