Una capa invisible de compuestos biológicos en la superficie del mar reduce la velocidad a la que el CO2 se mueve entre la atmósfera y los océanos.

Los tensioactivos son compuestos orgánicos producidos por el plancton marino y las bacterias que forman una película oleosa en la superficie del agua.

Publicando sus hallazgos en Nature Geoscience , científicos de las universidades de Newcastle, Heriot-Watt y Exeter dicen que los descubrimientos tienen implicaciones importantes para predecir nuestro clima futuro.

Los océanos del mundo absorben actualmente alrededor de un cuarto de todas las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono, lo que los convierte en el mayor sumidero de carbono a largo plazo en la Tierra.

El intercambio de gases entre la atmósfera y el océano está controlado por la turbulencia en la superficie del mar, cuya principal causa son las olas generadas por el viento. Una mayor turbulencia significa un mayor intercambio de gases y, hasta ahora, era difícil calcular el efecto de los tensioactivos biológicos en este intercambio.

El Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural (NERC), Leverhulme Trust y el equipo financiado por la Agencia Espacial Europea desarrollaron un novedoso sistema experimental que compara directamente el "efecto surfactante" entre diferentes aguas marinas recolectadas a lo largo de cruceros oceanográficos, en tiempo real.

Usando esto y las observaciones satelitales, el equipo descubrió que los surfactantes pueden reducir el intercambio de dióxido de carbono hasta en un 50 por ciento.

nrv

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