El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) señaló que líderes de los sectores público y privado deben aceptar que las sociedades enfrentan perturbaciones y crisis que impactan en todos los ámbitos.

Al inicio de su reunión anual, celebrada en Davos, Suiza, desde ayer y hasta el próximo viernes, el organismo dijo que es importante prepararse para construir gobiernos, empresas y sociedades más fuertes y resilientes.

De acuerdo con el presidente del WEF, Borge Brende, y el socio gerente global de McKinsey, Bob Sternfels, en 2022 el mundo tuvo que enfrentar crisis y perturbaciones como incertidumbre energética, conflictos globales, escasez de alimentos, inflación y conflictos geopolíticos.

Además, comentaron que debe reconocerse que las crisis y los problemas se presentan unos seguidos de otros y que no se podrán enfrentar de manera aislada ni resolverse en el corto plazo, sino que se requiere una estrategia de largo plazo.

Brende y Sternfels publicaron el artículo Aprovechar el impulso de la resiliencia: nuestra oportunidad existencial, en el cual expusieron que con una agenda de resiliencia se empujará un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 20% a escala mundial.

“La economía del futuro, que está actualmente emergiendo, necesita nuevas habilidades, particularmente en los campos de nuevas tecnologías, data y transición energética, las inversiones en educación tienen que direccionarse más a revertir las crecientes carencias de habilidades y corregir las desigualdades sociales”, expusieron.

Para el presidente del WEF y el socio gerente global de McKinsey, debe fortalecerse la resiliencia de las sociedades e instituciones más allá de una capacidad de sobrevivencia, para permitir un crecimiento a largo plazo sustentable e inclusivo.

Por su parte, el director general del WEF, Mirek Dusek, dijo que “en un mundo asediado por retos complejos e interconectados, existe una preocupante tendencia a la división. En los últimos años se observa una disminución de la colaboración a escala global y la doble crisis de la pandemia de Covid-19 y la guerra de Ucrania ha acelerado esa tendencia”.

Consideró que es “necesario mayor cooperación mundial para hacer frente a la actual marea de crisis” que enfrenta el mundo.

Por ejemplo, hay crisis energética que plantea problemas a las sociedades y economías, además de que el alza de precios de los energéticos pone en peligro la seguridad alimentaria, dijo Dusek.

“El número de personas que padecen de una grave inseguridad alimentaria se ha más que duplicado desde 2019, a lo que se le suma la inflación, el bajo crecimiento y el fuerte endeudamiento que afectan al empleo y a las empresas”, recalcó.

En su Reporte Global de Riesgos, el WEF encontró que los 10 peligros de corto plazo se relacionan más con temas energéticos, conflictos y tensiones geoeconómicas que amenazan al mundo.

Entre ellos, destacan la crisis del costo de vida, desastres naturales y eventos climáticos extremos, confrontaciones geoeconómicas, fallas para mitigar el cambio climático, así como la erosión de la cohesión social y la polarización.

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