Ocurrieron hace unas semanas en nuestro país unas elecciones históricas por sus resultados, mas no por la concurrencia de votantes. Llegó al poder un candidato de un partido nuevo y no de los recurrentes, cansada la población de la alternancia de los mismos, y eligió uno nuevo con la esperanza de un aparente cambio necesario para nuestro país.

Pero, ¿en realidad se tendrá el cambio prometido? ¿La población, el sector empresas, los organismos podrán obtener beneficios? ¿Para quienes serán esos cambios? Son muchas preguntas aún sin respuesta.

Se vislumbra un horizonte lleno de esperanza en lo económico, en lo social, en lo cultural y hasta en lo político, cambios encaminados a dar un mejor nivel de vida a los mexicanos. Menos pobreza, más poder adquisitivo; esos son los tan esperados cambios.

Pero sólo son promesas de campaña, que se quedarán en el discurso. No existe una solidez económica en nuestro país para soportarlos.

El cambio deberá de iniciar en cada uno de los mexicanos, en todos los niveles sociales, desde el seno familiar, fortaleciendo arduamente nuestros valores que hoy en día están escasos, o tal vez ni existen en muchos sectores. Necesitamos una sociedad con valores suficientes y firmes, así se tendrá un camino de éxito.

Se necesita una sociedad sólida con mentalidad de triunfo, deberá quitarse el conformismo, caminar con firmeza en su actuar, luchar contra los males que en este momento existen, como corrupción, delincuencia, entre muchos más. Ser exigentes con el nuevo gobierno y a la vez cumplir con nuestro deber de sociedad.

Pero ante todo este cambio de un nuevo gobierno, ¿cómo va a actuar nuestro Instituto Mexicano de Contadores Públicos? ¿Cuál va a ser su postura? Sabemos que como gremio bien organizado, nuestro instituto por medio de sus comisiones ha participado en los trabajos con las autoridades hacendarias anteriores en materia de recaudación de impuestos.

Nos permiten presentar propuestas, intercambiar puntos de vista y emitir opiniones, para facilitar el cumplimiento de la obligación de “contribuir al gasto público” mediante los impuestos, que emana de nuestra Constitución.

Se ha logrado que exista con la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico una apertura de diálogo, coordinación y garantía en los trabajos desarrollados por nuestro instituto.

Nuestro gremio deberá de seguir participando con el mismo profesionalismo que lo ha venido haciendo. Como organismo independiente no interesa a qué partido pertenece el presidente electo, más bien seguirá existiendo un compromiso con la sociedad de continuar buscando un bienestar recaudatorio, de acuerdo con las condiciones económicas de cada caso en particular, hasta donde nos lo permitan las autoridades.

Somos líderes en opinión, por lo tanto debemos aprovechar aún más la apertura que se logre conseguir con las renovadas autoridades, demostrando lo importante que son nuestras aportaciones y las propuestas presentadas, haciendo valer que somos un instituto sólido y muy firme, cuya fortaleza se ejerce a través de sus agremiados y de sus múltiples comisiones.

¿Qué es lo que realmente merecemos como mexicanos? ¿Qué esperamos? En nuestras manos está lo deseado, nuestro éxito depende de todos los involucrados, el camino que queremos seguir, ser exigentes y ser exigidos. Pero, debemos buscar siempre incansablemente un México abundante y exitoso.

Protesorero y miembro de la Comisión
Nacional de Síndicos del IMCP

Google News

Noticias según tus intereses