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Los exportadores mexicanos de jitomate temen que los productores de Florida de Estados Unidos puedan frenar el “acuerdo de suspensión” que permite enviar ese alimento sin aranceles, porque el producto agrícola se encarecerá artificialmente, además de que se ponen en riesgo las cosechas, dijo el director de la Comisión para la Investigación y Defensa de las Hortalizas de Sinaloa de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), Mario Robles.

La semana pasada, la Florida Tomato Exchange solicitó al Departamento de Comercio de Estados Unidos revocar el acuerdo de suspensión que existe con México, desde 1996, por el cual los exportadores nacionales evitan el pago de 17.5% de aranceles sobre el tomate, luego de una investigación que se realizó hace más de 22 años que indicaba que el alimento se vendía por debajo del precio real.

El problema es que si desaparece el llamado acuerdo de suspensión que debe renovarse hasta principios de abril del próximo año, se iniciaría con el cobro de aranceles que preliminarmente se fijaron en 17.5%, lo que implica el cobro de una fianza que no podrían pagar muchos exportadores mexicanos de jitomate.

La petición de los productores de Florida “sí nos preocupa porque tenemos las siembras, los jitomates están chiquitos y están para empezar a cosecharse en diciembre, (de no haber tampoco un acuerdo en marzo o abril para extender el acuerdo de suspensión) nos agarraría a mitad de temporada en abril o marzo y estamos en producción hasta junio, temporada de invierno y a otras zonas pegaría muy fuerte”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, expuso que un cambio en las reglas afectaría el “costo de comercialización porque se aumenta artificialmente por el arancel, y algunos productores no podrían exportar por el monto de la fianza, no todo mundo podría pagar la fianza y eso generaría desocupación”

Destacó que en 1996, por petición de productores de jitomate de Florida, se inició una investigación contra las exportaciones del alimento mexicano por considerar que se vendía en el mercado de Estados Unidos por debajo de su precio real de mercado, producto de ese análisis se
determinó preliminarmente que debería gravarse esa hortaliza con 17.5%.

Sin embargo, la ley estadounidense permite evitar ese pago mediante un “acuerdo de suspensión” por el cual a cambio de no pagar el arancel, los productores de comprometen a exportar a un precio mínimo que fijan conjuntamente con el gobierno de Estados Unidos.

El acuerdo se renueva quinquenalmente, así que fue en 2013 cuando entró en vigor el convenio
por cinco años en el que se fijó un precio para el jitomate cultivado a campo abierto, en invierno, de 0.31 centavos de dólar la libra y para verano de 0.24 centavos.

Para el gourmet o de especialidad empacado, durante el invierno fue de 0.59 centavos de dólar la libra y en verano a 0.46 centavos. Mientras que para las variedades especiales de jitomate granel para invierno se puede exportar a 0.45 centavos y en primavera 0.35 centavos.

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