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Petróleos Mexicanos (Pemex) inició el proceso de liquidación de su empresa productiva subsidiaria Pemex Cogeneración y Servicios.

En su primera reunión de Consejo de Administración de 2018, se instruyó a la dirección general dar cumplimiento a las modificaciones de los lineamientos aplicables al proceso de liquidación.

Dichos lineamientos establecen que “la Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex contará con las atribuciones necesarias para instrumentar los mecanismos y acciones conducentes, a efecto de concluir con el ciclo financiero de las operaciones que le permitan a la empresa productiva subsidiaria Pemex Cogeneración y Servicios llevar a cabo su proceso de liquidación”.

Este proceso incluye la capitalización del saldo final que tiene a favor de Petróleos Mexicanos en la denominada Cuenta Corriente.

El pasado 11 de diciembre, EL UNIVERSAL dio a conocer que Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI) buscaba obtener beneficios por casi 100 mil millones de pesos en el corto plazo, mediante el uso de esquemas como asociaciones, convenios de operación, alianzas estratégicas y desincorporación de activos no productivos, para revertir las pérdidas financieras que ha reportado en los últimos años.

En ese momento, la petrolera puso sobre la mesa la desincorporación de su filial Pemex Cogeneración, creada a partir de la reforma energética y a unos días de que el Consejo de Administración aprobara la venta de Pemex Fertilizantes.

Desde su creación, la filial reportó pérdidas constantes: en 2015, 47 millones de pesos; en 2016, 36 millones, mientras que el año pasado el monto llegó a 86 millones de pesos.

Además, al cierre del año pasado ya registraba un patrimonio negativo de 276 millones de pesos.

La empresa Pemex Cogeneración y Servicios fue creada para generar, suministrar y comercializar energía eléctrica y térmica, así como para proveer servicios técnicos y de administración asociados.

Los productos y servicios que tentativamente ofertaría iban desde electricidad, vapor, certificados de energía limpia y comercialización de electricidad excedente, tanto al propio Estado mexicano como al sector industrial, comercial, a Petróleos Mexicanos y a sus empresas productivas subsidiarias.

Originalmente, y como parte de la estrategia de desincorporación de activos no sustantivos, se buscaba entregar a terceros, vía licitación, la operación de actividades no sustantivas en donde la petrolera “no tiene el nivel de desempeño económico ni confiabilidad operativa”.

Se pensó que “los recursos disponibles por la participación de terceros se utilizarán para fortalecer nuestro desempeño en las plantas de proceso”.

Petróleos Mexicanos había diseñado un modelo de negocio basado en proyectos de cogeneración que a futuro tendría un valor de 4 mil 682 millones de dólares.

Además de esta decisión, el Consejo de Administración aprobó la venta de dos Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAD) de las ciudades de Mérida y Progreso, en el estado de Yucatán.

La venta incluye desde la edificación hasta instalaciones superficiales y no superficiales.

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