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Antonio Mexía, presidente de Energías de Portugal (EDP), ha participado estos días en un encuentro global de directores ejecutivos de las principales empresas energéticas mundiales para abordar los retos de la descarbonización, la ciberseguridad, la electrificación o la gobernanza. En medio de estas jornadas se conoció el interés de Engie por hacerse con la eléctrica portuguesa, pero su presidente es muy claro: EDP no está en este juego.

La eléctrica portuguesa cuenta con 12 mil trabajadores y es ya el cuarto mayor operador mundial en el negocio de renovables. La firma pretende seguir creciendo y ganar tamaño en una nueva área: la eólica marina, y en entrevista aseguró que les gustaría tener más presencia en México a la luz del nuevo ciclo económico de apertura en el sector energético.

Mexía admite que llevan cierto retraso. Desde que se implementó la reforma energética, en 2013, la lista de empresas europeas que han desembarcado en México no ha hecho más que crecer, especialmente desde la Península Ibérica en el sector de las energías limpias. Gas Natural Fenosa opera el segundo mayor parque eólico del país, en Oaxaca, mientras que Acciona tiene el mayor complejo eólico de Iberoamérica en el mismo estado. Aldesa cuenta con proyectos de generación eléctrica en Yucatán.

—¿Hay planes de inversión en México? —se le pregunta a Mexía.

—Es un mercado muy competitivo. Tenemos un acuerdo con un grupo local y nos gustaría tener más. Vamos un poco retrasados. Es un mercado que nos gusta, pero es muy, muy, muy competitivo, no va a ser fácil.

El directivo hace referencia a la alianza con la mexicana Industria Peñoles, mediante la cual se desarrolló el Parque Eólica de Coahuila, inaugurado en abril del año pasado.

—¿En Brasil piensa participar en la privatización de alguna de sus pequeñas distribuidoras?

—No. Nuestra prioridad es la transmisión eléctrica. Hemos estado en la última subasta y vamos a estar en la próxima, con eólica y solar. Compramos un tercio de una distribuidora que todavía puede ser privatizada, pero que no pertenece al grupo de Electrobras, aunque no es nuestra prioridad. Lo que sí es una prioridad es la energía solar distribuida para los grandes clientes, en primer lugar, y para el doméstico, cuando el mercado esté liberalizado.

—Se habla del proceso de consolidación europeo. ¿Qué van a hacer?

—Creo que las personas hablan mucho de consolidación, pero hasta hoy la única operación que ha habido es que las compañías alemanas, que se habían dividido en dos cada una, se han vuelto a agrupar. A mí me gustaría ser muy claro: EDP no está en este juego. No tenemos conversaciones con ninguno de estos jugadores, de ningún país europeo, para hablar de consolidación.

—Van a entrar a comercializar electricidad en países como    EU, Italia, Francia y Polonia, ¿apuestan por hacerse de la cartera de clientes?

—Hemos cambiado de un modelo que estaba focalizado en las centrales eléctricas a otro que se centra en las personas. Ahora, con la digitalización de esta relación final, creo que vamos hacia un mundo donde la eficiencia energética y la reducción del consumo será importante y donde también hay que facilitar el servicio a las personas y a las empresas, así como la movilidad eléctrica. Hay que tener más productos para poder tener más margen. Si consigues atraer al cliente, ganas. El cliente va a ser cada vez más una fuente importantísima para un sistema con cada vez más costes fijos y con menos costes variables para ganar lo que se ha perdido en la generación convencional globalmente (...) Las eléctricas habían perdido las renovables porque la mentalidad era muy diferente que la de una central eléctrica tradicional. Las renovables son muy dispersas, tienes que subir y bajar montañas, encontrar al propietario de terrenos, mientras que la central tradicional es muy fácil, tienes muchos megavatios y una ingeniería perfecta. Las renovables son más complejas y el cliente quiere más.

—¿En Brasil piensa participar en la privatización de alguna de sus pequeñas distribuidoras?

—No. Nuestra prioridad es la transmisión eléctrica. Estuvimos en la última subasta y vamos a estar en la próxima, con eólica y solar. Compramos un tercio de una distribuidora que todavía puede ser privatizada, pero que no pertenece al grupo de Electrobras, aunque no es nuestra prioridad.

EDP está realizando una apuesta por la innovación. La compañía, indica su presidente, se prepara para el coche eléctrico. “Estamos en la misma posición que todo el mundo. Haciendo acuerdos para cargadores y productos de automóviles. En Portugal estamos pidiendo cambios regulatorios porque es muy burocrático. En España nos centramos en la recarga rápida y en dar soluciones individuales, pero hemos creado un equipo para que defina una estrategia de ataque en los próximos seis meses”.

La compañía además busca incorporar nuevos talentos. “Hay que poner en relación a personas con otros talentos para poder ver las cosas con una nueva perspectiva que antes estaba más centrada en el coste. La mentalidad de las personas es distinta y por eso trabajamos con un equipo de Silicon Valley, somos el principal patrocinador del Web Summit en Portugal y trabajamos con universidades para comprender cómo la digitalización cambia la gestión de activos, la relación con los clientes y también la manera de trabajar de los equipos. Hoy no se necesita corbata y hay feedback de reuniones por WhatsApp.

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