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Las tomas clandestinas que los huachicoleros realizan en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la suspensión de operaciones de refinerías han provocado problemas para suministrar diesel de Ultra Bajo Contenido de Azufre (UBA) en algunas zonas del país, a grado tal que la empresa ha tenido que declarar en más de una vez condiciones de “fuerza mayor” para cubrir la demanda.

De acuerdo con información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Pemex, Procuraduría General de la República y las secretarías de la Defensa y Marina, se han incrementado las perforaciones ilegales descontroladas que ocasionan derrames y la suspensión hasta por varios días del transporte de este combustible que se entrega a gasolineras, entre 2016 y lo que va de 2017.

Sólo el año pasado, las 6 mil 873 tomas clandestinas reportadas provocaron 192 fugas y derrames —cifra menor en 8% respecto del año previo—, pero el volumen (medido en barriles diarios) fue mayor en 597%, según reporta Pemex en su Informe de Sustentabilidad 2016.

En el documento, Pemex sostiene que el inventario de sitios afectados se ha incrementado, principalmente, por el aumento de tomas clandestinas y los impactos negativos que éstas generan en el medio ambiente y que suman mil 284 hectáreas.

En lo que va de este año, se han visto afectadas por el crimen organizado las operaciones en los sistemas de transporte por ducto del tramo Tuxpan-Azcapotzalco; el tramo en Puebla de Mina-México; San Martín Texmelucan-México; y, Minatitlán-México.

A ello se suman las suspensiones de operaciones de las refinerías de Salina Cruz, Oaxaca y Cadereyta, Nuevo León.

Hasta fallas en el suministro de energía eléctrica por parte de Comisión Federal de Electricidad en la refinería de Cadereyta han sido denunciadas por personal de Pemex para declarar “condiciones de fuerza mayor” ante la falta de diesel UBA en regiones del norte del país.

Otro de los factores que han contribuido a disponer de menor cantidad de diesel de este tipo es la constante caída en la producción nacional, la cual empezó en 2009.

Entre ese año y 2014, la producción aumentó de 44.5 mil a 97.8 mil barriles diarios, pero a partir de entonces ha empezado a reducirse sistemáticamente, pues en los primeros 10 meses de este año promedia apenas 60 mil barriles diarios.

Más aún, en septiembre-octubre, el promedio de la producción nacional fue de 42.6 mil barriles por día, cuando el nivel de la demanda es de 297 mil barriles diarios.

Por ello, Pemex ha tenido que recurrir a importaciones crecientes de diesel para evitar desabasto.

En 2009, salió a importar 47.6 mil barriles diarios de este combustible que usa el transporte de carga y pasaje. El promedio de compras de los primeros 10 meses de este año llega a 228.7 mil barriles por día.

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