La incertidumbre nuevamente será lo que caracterice el desempeño de la economía en México en 2018. Incertidumbre que se alimenta del comportamiento del mercado cambiario. Pero también, de las dificultades crecientes para que capitales del exterior se mantengan en el país ante el escenario de posibles alzas en la tasa de interés de referencia en Estados Unidos.

El proceso incluye el curso de la reforma fiscal en Estados Unidos y las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Además, la posible continuidad en la debilidad en la inversión, el incremento en el déficit de la balanza petrolera, las dificultades crecientes para reducir la inflación.

En el mercado cambiario la volatilidad se ha acentuado en las primeras semanas del año. Al cierre de 2017, el 27 de diciembre, el tipo de cambio del peso frente al dólar denominado FIX, determinado por el Banco de México con base en el promedio de cotizaciones en el mercado de mayoreo de la divisa, fue de 19.7877.

La mayor cotización en esos días de fin de año. En los primeros días del año se mantuvieron cotizaciones por encima de los 19 pesos por dólar, hasta el comienzo de la semana actual, cuando el dólar se negocia en este mercado por debajo de los 19 pesos. El 17 de enero el tipo de cambio FIX fue de 18.655, sumándose varios días con un avance del peso frente al dólar. Sin embargo, se deben considerar dos hechos para valorar el comportamiento en el mercado de mayoreo en el país.

Por un lado, hay una gran diferencia con el comportamiento de otros mercados, por ejemplo el tipo de cambio que se utiliza para realizar el pago de las obligaciones denominadas en dólares en el país y más con el precio al que se vende en las ventanillas bancarias y la notable distancia con el precio al que se compra el dólar en bancos, casas de cambio y otros establecimientos. Estas diferencias indican el nivel de inestabilidad en el mercado cambiario. Por otro lado, la recuperación del peso no constituye una tendencia, considerando los hechos que la explican.

El endurecimiento del gobierno de Estados Unidos en las negociaciones del TLCAN implicó mayores presiones sobre el tipo de cambio. En días recientes la relativa certidumbre de que el gobierno estadounidense no plantearía la salida de ese país del TLCAN es lo que propició la recuperación del peso frente al dólar. En pocos días se realizará la sexta ronda de negociaciones del TLCAN. A la fecha se conoce un punto de la negociación que genera gran tensión: El incremento del porcentaje de las partes fabricado en la región de América del Norte en el caso de la industria automotriz que debe aumentarse hasta 85% y, en particular 50% en Estados Unidos. Para México es un tema crucial, es la principal industria de exportación y la mayor parte de lo manufacturado se exporta a Estados Unidos.

En 2017 se exportaron 3 millones 102 mil 604 unidades automotrices, 12% más que en 2016. Del total exportado, 75.3% fue a Estados Unidos y 8.6% a Canadá. Mientras en el mercado interno se comercializaron un millón 530 mil 317 unidades de las que 59% fueron vehículos importados. Los datos dan cuenta de la firme articulación entre la fabricación de vehículos automotrices en el país para ser vendidos en Estados Unidos y en un segundo lugar muy distante en Canadá. Latinoamérica explica tan sólo 7.7% de las exportaciones. Modificar las reglas de origen en esta industria es altamente importante para el país, dado que no controla las decisiones de inversión de las armadoras automotrices.

La reforma en materia de la industria petrolera en curso puede acentuar en el corto y mediano plazo el déficit comercial en esta actividad industrial. En el corto plazo no se observan incrementos en la extracción de hidrocarburos y por lo tanto la exportación únicamente puede crecer con base en disminuir lo destinado al mercado interno. Por el contrario la liberalización de la comercialización de la gasolina puede implicar mayores incrementos en lo importado, creciendo el déficit en esta actividad económica. Pero también las dificultades para mantener el superávit primario en las finanzas públicas.

Los aumentos en la tasa de interés de referencia implican mayores presiones sobre las finanzas públicas, en tanto encaren la deuda. A la fecha la tasas que pagan los valores gubernamentales se han aplanado, es decir las de muy corto plazo están en niveles semejantes a las de largo plazo. A la vez la tenencia de títulos del gobierno por no residentes se mantiene, pero con una notable reducción en Cetes y un incrementó en bonos. Un dato más que agrega incertidumbre.

Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Email: vidal.gregorio@gmail.com

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