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Cuando se trata de negocios, la Unión Europea no tiene amigos. Mientras México pretende cerrar la contienda de la modernización del Tratado de Libre Comercio por la vía del empate técnico, Bruselas aspira a noquear.

Así se desprende de un informe interno elaborado por la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea (DGT), en el que exhibe la estrategia europea para alcanzar un principio de acuerdo en este mes.

El documento, que trae como contacto a Thomas Le Vaillan, coordinador de las Relaciones Comerciales con México de la DGT, precisa que si México aspira a cerrar la negociación, debe aceptar las “genuinas” demandas de los europeos.

“Para concluir las negociaciones UE-México, ambos necesitan encontrar la manera de atender los deseos de la otra parte, pero mucho dependerá de que México adopte las decisiones políticas internas necesarias para satisfacer las razonables y legítimas expectativas de la UE”, indica el texto al que ha tenido acceso EL UNIVERSAL.

El texto sostiene que la parte mexicana debe hacer concesiones en los temas identificados como más problemáticos: acceso a mercado, concretamente al agrícola; inversión, compras de gobierno y protección de indicaciones geográficas

De allí que prevé que la delegación europea adopte una posición defensiva “si es necesario”.

Sostiene que Bruselas prácticamente ha aceptado todas las demandas mexicanas en el rubro agrícola, con excepción de aquellas altamente sensibles como la carne, “petición que pone en riesgo la conclusión”.

Por su parte, “México todavía está muy lejos de ofrecer una respuesta creíble a la solicitud de la UE en leche en polvo y quesos”.

El documento señala que es insostenible el argumento usado por la contraparte, el cual recurre a la “extremada sensibilidad” de la producción láctea nacional.

“La UE no puede concluir ningún TLC sin un alto nivel de ambición en las indicaciones geográficas. Ha habido algo de progreso, pero no hay claridad”, precisa.

Tampoco puede haber cierre si su socio estratégico no abre el mercado de las compras de gobierno a nivel estatal, algo que hasta ahora no ha hecho en ningún tratado.

“La UE necesita certidumbre sobre la sustancia que ofrecerá México antes del cierre político, independientemente del resultado de la consulta que se haga a nivel regional”.

En el capítulo de inversiones, sostiene que México ha aceptado el principio de un Tribunal de Inversiones para resolver disputas entre empresas-Estado, aunque señala que todavía requiere hacer algunos ajustes para su anuncio político.

El noveno encuentro negociador arrancó el lunes en la Ciudad de México y durará hasta la próxima semana. Un alto funcionario de la delegación mexicana dijo a este diario la semana pasada en Bruselas que todo se resumiría en un “cara o cruz”, es decir, “¿quieres esto o el otro?”.

La confianza en ésta fórmula era tal, que la Comisaria Europea de Comercio, Cecilia Malmström fue invitada para viajar al país la próxima semana. El documento ubica a México en el escalafón 15 de las principales economías del mundo.

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