La i4.0 implica una reconfiguración y adaptación acelerada y masiva en los procesos industriales y la generación de valor agregado.

La incorporación de nuevas tecnologías en la i4.0 se sustenta en la creación y desarrollo de cuatro pilares que son característicos de los sectores que la conforman: Internet de las Cosas (IoT), automatización de procesos productivos —físicos o cognitivos—, Big Data y seguridad informática.

El Foro Económico Mundial estima que para 2020, más de la tercera parte de las habilidades que serán consideradas como cruciales, no eran apreciadas como tales apenas cinco años antes.

Por otra parte, según un estudio de diciembre de 2017, elaborado por Mckinsey Global Institute, se espera que nueve millones de puestos de trabajo se automaticen en 2030 en México, lo que representaría 13% de la población en edad de trabajar para ese año en el país.

Adicionalmente, se proyecta que, de los 68 millones de personas en edad de trabajar en 2030, 10% tendrá que buscar empleo en nuevas ocupaciones, para lo cual será necesario un proceso de adquisición de nuevas habilidades, con el objetivo de mantenerse activos en el mercado laboral.

Para México el reto radica en incrementar la inversión para fortalecer la capacidad de adaptación de sus sectores industriales como rutas para alcanzar mayores niveles de crecimiento y desarrollo económico.

En este sentido, resulta evidente que la estrategia a seguir para combatir la automatización del trabajo y el desempleo tecnológico debe tener dos frentes simultáneos: inversión en capital humano e inversión en investigación e innovación enfocada en sectores industriales.

En el caso de capital humano, el reto se debe enfocar en generar agendas y alianzas público-privadas con las instituciones educativas para fomentar una equiparación en los perfiles de los trabajadores y estudiantes, con aquellas competencias que serán requeridas en el mediano y largo plazos por los sectores productivos.

Esta política implica el posicionamiento central del empleado en la política laboral en México. De esta manera, se debe procurar el desarrollo profesional del personal a través de estrategias de capacitación que les permita adaptarse a los cambios tecnológicos derivados de la i4.0 y beneficiarse de ellos.

Adicionalmente, un punto crucial a considerar es el envejecimiento estructural de la población mexicana durante los próximos 30 años, fenómeno que requerirá de establecer modelos de trabajo enfocados a tareas cognitivas altamente especializadas, que también se encuentran asociadas a mayores niveles salariales.

Es necesario impulsar una política de recuperación salarial, como ha sido expresado en repetidas ocasiones por la administración entrante, pero basada en un aumento generalizado de la productividad y un reposicionamiento de las industrias mexicanas en las cadenas globales de valor, con el objetivo de insertar la mayor cantidad de procesos productivos mexicanos en los eslabones que generan alto valor agregado.

En el área de inversión en investigación y desarrollo el reto es mayúsculo, ya que la dependencia tecnológica del país es importante, lo cual reduce su posibilidad de aplicabilidad en actividades productivas. Basta mencionar que en 2017 únicamente 7.7% de las patentes presentadas en el país fueron registradas por mexicanos. La próxima administración ha insistido en elevar el gasto en ciencia y tecnología a 1% del PIB.

Sin embargo, es necesario implementar de manera paralela el desarrollo de una estrategia transversal, que incentive la apropiación del conocimiento científico en aplicaciones novedosas dentro del sistema productivo nacional, este conocimiento e innovación son sin duda un atajo al desarrollo.

El sector industrial de México ya tiene una agenda para enfrentar los retos de la automatización y el desempleo tecnológico, la cual se basa en buscar asesoría de los referentes mundiales en este rubro. En abril, la Concamin, en el marco de la Feria Hannover-Messe 2018, uno de los principales foros enfocado a tratar la transformación tecnológica de la industria mundial, firmó un convenio con la Federación de la Industria Alemana para intercambiar experiencia en temas en los que el país europeo es referente, como la adopción de las nuevas tecnologías irruptoras en la i4.0, adaptar los modelos de educación dual ante este nuevo escenario, impulsar las innovaciones industriales con un enfoque de sostenibilidad e incrementar la competitividad y empleabilidad a través de un modelo de capacitación continuo.

Por otro lado, Francia ha impulsado una agenda amplia de investigación para ser líderes en procesos de automatización, principalmente a través de programas de Inteligencia Artificial (IA).

La estrategia francesa se basa en masificar la investigación pública aplicada a la IA, generar incentivos fiscales para incentivar a que las empresas francesas innoven al interior de sus procesos productivos y fomentar el uso de ciertas herramientas de IA de acceso público entre estudiantes, investigadores y empresas.

¿Está México preparado para afrontar la i4.0? Los retos de la i4.0 deben ser entendidos y examinados en el contexto particular que ponga al frente el reposicionamiento de la industria mexicana en la economía y la capacitación profesional del trabajador mexicano.

La existencia de una agenda transversal de política pública para vincular al sector público, la academia y el sector privado es prioritaria para impulsar la productividad laboral con base tecnológica en el país. Esta agenda para el desarrollo de capital humano y capacidades laborales deben formar parte de la Política Industrial Holística que hemos ya puntualizado en diversos documentos. De esta manera, podremos reajustar nuestra economía para competir con trabajadores altamente calificados ante el escenario actual de neoproteccionismo comercial.

Vicepresidente de Consultores Internacionales

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