Señor Director:

Comenzó otra vez la misma cantilena, pensé yo al recibir un correo electrónico de mi amigo mexicano —un madrugador que muy tempranito pasa revista a todos los diarios principales— que me mandó el artículo de Javier Tejado Dondé publicado el pasado 24 de octubre en la sección Cartera, página B2 de su respetuoso periódico bajo el título Hackers rusos tras el INE y el 2018.

¿Sería posible que un periódico tan respetuoso y competente, que hace poco había celebrado con orgullo su centenario —motivo por el cual la Unión de los Periodistas de Rusia les envió a sus dirigentes un telegrama con felicitaciones, destacando lo imparcial y equilibrado de los valoraciones que publican— hubiera decidido ponerse en la misma fila con diversos diarios occidentales que llevan varios meses publicando artículos sobre temas similares sin citar un hecho concreto ni una prueba, mientras que todo eso se crea en el general de una supuesta virtualidad: “se dice”, “parece”, “supuestamente”, “según los rumores”, etcétera?

No es sorprendente que el autor del artículo el Sr. Javier Tejado Dondé, poseedor de numerosos títulos honorarios de universidades estadounidenses (Fletcher School, Yale University, etcétera), después de leer los disparates fantásticos que por desgracia son muy populares en EU y acerca de que mi gobierno y mis dirigentes reiteradamente había dado unas evaluaciones despectivas, decidió en su turno asustar a los electores mexicanos.

En el artículo se dicen muchas cosas, también se mencionan varios países en los cuales supuestamente se había registrado injerencia de los técnicos en informática rusos en las elecciones nacionales. Esos países ya han desmentido los infundios sobre “la injerencia rusa”, pero el autor aún sigue repitiéndolas. En cuanto a Ucrania, los problemas en ese país no aparecieron tras un ataque de los hackers rusos, sino después del golpe de Estado organizado por unos sectores bien conocidos en el Occidente.

Quisiera volver a decir que en ninguna parte las evidencias de ese tipo de injerencia nunca se han materializado ni se han presentado. Es más, en muchos países se ha dicho sin rodeos que no ha tenido lugar. El autor ha confundido todo en su artículo a sabiendas o por no saber. Todo lo que expuso tiene que ver con EU, no con Rusia. El que la inteligencia estadounidense haya escuchado las pláticas telefónicas de la canciller alemana Ángela Merkel es un hecho absolutamente probado y ni siquiera se discute. Al mismo tiempo, casi un año de trabajo de la comisión ad hoc encabezada por Muller para investigar la injerencia rusa en los comicios estadounidenses se redujo al proverbio “el parto de los montes”. A pesar del ahínco, los esfuerzos y los medios invertidos no se ha presentado cualquier prueba seria y concreta de la injerencia rusa.

Ahora, acerca de la posible injerencia de los hackers rusos en el proceso electoral mexicano que da tanto miedo al autor. Falta todavía medio año para las presidenciales en México, los candidatos oficiales de los partidos políticos y los independientes para ser presidente aún no se han determinado. Sin embargo, ¿por qué no asustar al lector con los rusos ?! Quisiéramos hacer tan sólo una pregunta al autor, ¿para qué le hace falta a Rusia? Cualquier acción debe tener un objetivo.

El Sr. Tejado Dondé no escribe sobre ello, lo que una vez más enfatiza falta de pruebas y un carácter inventado de sus afirmaciones. Parece que el autor a sabiendas induce a los mexicanos al error con unas amenazas falsas a la democracia en México, asustando con unos hackers rusos inventados, y desvía la atención pública de los problemas más reales y complejos que afronta el continente americano y las relaciones que tienen sus países con unos de sus socios. Pues no fue mi país el que hace tiempo ocupó una parte considerable de México, no fue mi país el que tuvo guerras con México, no fue el que practicó reiteradamente escuchas a los dirigentes mexicanos, un hecho sobre el que se ha escrito repetidamente en los medios locales, no es el que construye un muro en la frontera con México.

Estoy seguro que el México independiente, orgulloso y valiente, que defiende con audacia su independencia desde el inicio del siglo XIX, pueda por sí solo resolver sus asuntos y haga una libre elección constitucional. Y en cuanto a los rusos, pues, Rusia sigue como antes un país que tradicionalmente mantiene unas relaciones amistosas con México y le desea prosperidad y bienestar.

Eduard Malayán

Embajador de la Federación Rusa


Respuesta del columnista:

Agradezco mucho la extensa carta que la Federación Rusa me envía por conducto de su embajador en México, Eduard Malayán. Su carta es una narrativa interesante que retoma desde la invasión de Estados Unidos a México, hasta otros hechos que recuerdan a la “Guerra Fría”. Ante ella, me permito hacer dos comentarios: 1) los reportes que alertan de “anomalías” en accesos a las páginas del voto en el extranjero del INE, desde Rusia, son documentos elaborados por funcionarios de la propia autoridad electoral; y, 2) la columna nunca señala al gobierno ruso detrás de las visitas anómalas a los sitios del INE, ni de los hackeos en otros países. Sólo señala que han sido desde Rusia.

Reciba un cordial saludo y aprovecho para expresar mi admiración por su país, su historia y su amable gente, a la que recientemente pude tratar.

Javier Tejado


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