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La incertidumbre económica en México no sólo se explica por las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio, sino por otros factores como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y a la complicada relación comercial con el gobierno de Donald Trump.

Luego de varios años de que varios países protagonizaran políticas monetarias laxas en busca de incentivar el consumo y reactivar la economía, ahora los principales bancos centrales, como el de México, suben las tasas. Apenas el jueves pasado, el Banxico aumentó a 7.75% desde 7.50% la tasa de referencia.

¿Y qué pasa con los bancos cuando sube la tasa de interés? La incertidumbre económica, de alguna manera, les pone en el camino una serie de retos y de riesgos a enfrentar, tales como la colocación de sus propios recursos para evitar un riesgo de impago de su cartera crediticia.

“Los bancos tienen que ser muy cautelosos con la forma en la que colocan los recursos que están ávidos de colocar, porque cuando se acaban las mejores oportunidades empiezan a surgir las de menos calidad y ahí se puede materializar un riesgo de crédito grande si no se tiene la paciencia para esperar el perfil de riesgo crediticio adecuado dado el entorno económico”, alerta Guillermo Domínguez, director para México de IBSM Solutions y experto en la industria financiera en entrevista con EL UNIVERSAL.

Ante la necesidad de colocar crédito, viene de la mano el riesgo de impago, asegura, debido a que este le suma un costo financiero adicional a los deudores, lo cual disminuye las posibilidades de que puedan asumirlo con éxito.

“El precio del riesgo de crédito es la tasa de interés, entonces si estas ya están altas por efectos macroeconómicos, hay que aumentarle una prima de riesgo por la incertidumbre y aquí es donde las cosas se pueden sobrecalentar si no se coloca el crédito adecuadamente”, asegura.

Domínguez fue expositor de la Risk Management and Trading Conference, un evento que se celebra en la Ciudad de México y que reúne en su séptima edición a expertos alrededor del mundo en materia de trading, manejo de fondos y administración de riesgos.

¿Le irá bien a los bancos con el aumento de tasa de interés?

—Con las tasas hacia arriba no necesariamente. Los bancos van a ampliar su margen porque también tienen que pagar más por depósitos como a plazo como a la vista, y empieza a haber más competencia sobre todo en el nicho de los bancos medianos que tienen que empezar a competir con los grandes por los fondos.

¿Qué retos enfrentan las instituciones bancarias mexicanas?

—Están enfrentando retos en el tipo de cambio que impacta en el costo de los fondos, que afecta la tasa de interés. Son variables relacionadas con la incertidumbre, la cual hace que el sector real de la economía esconda un poquito el dinero de la inversión y cuando la inversión deja de fluir, las utilidades dejan de hacerlo; cuando la demanda por crédito deja de fluir, las empresas piden menos prestado porque hay más riesgo de tipo de cambio y económico.

¿Esta incertidumbre traerá riesgo de impago por los meses siguientes?

— Sí desafortunadamente. Sería deseable que los mercados financieros hubieran descontado los cambios que se vienen tanto en la política interior de México como en los efectos de estos asuntos del TLCAN, pero todos los días estamos teniendo sorpresas del otro lado de la frontera. Estamos a expensas de cómo se estabilicen las cosas, con una incertidumbre en lo que puede pasar políticamente. Aunque la verdad los mercados debieron de haber descontado la situación porque parece que se ve muy claro el panorama.

¿Qué deben hacer los bancos en consecuencia?

—Lo que se tiene que hacer es analizar muy cautelosamente los proyectos de inversión, revisar el riesgo de crédito y más que nunca manejar el riesgo de tasa, sobre todo en la parte de fondeo y liquidez suficiente para cualquier cambio que pueda haber, porque puede haber un impacto de las expectativas políticas sobre la liquidez sobre los depósitos de la banca, en otras palabras, que la gente se empiece a llevar su dinero y pueda generar un problema.

¿Qué es lo peor que puede pasar en este tema?

—Un ataque especulativo al tipo de cambio. Un efecto de la fuga de capitales podría no ser tan grande como el efecto de este ataque especulativo al tipo de cambio, el cual ocasiona una depreciación del peso y entonces el problema es el impacto de esa depreciación del peso en todo el gran porcentaje de bienes comerciales que tenemos internacionalmente, importaciones y exportaciones. Si hubiera un movimiento que impactara el tipo de cambio en 20% la canasta de consumo de los mexicanos se podría estar incrementando en más o menos 40% de ese 20%, en 8% de manera inmediata, incluido las gasolinas, porque se importan y se pagan en dólares. Eso lo peor que puede pasarle a México, porque en cadena traería una escalada del tipo de interés y para ello recordemos el año de 1994, el error de diciembre, donde el tipo de cambio se disparó y en seguida se dispararon las tasas de interés, empezaron a surgir problemas de deudores, el Barzón, tuvo que haber programas de apoyo, se vino el Fobaproa, esperemos que no llegue a esos niveles pero aquí tenemos que dejar de vender el discurso del miedo y tener que ser prudentes.

¿Entonces la tasa de interés alta no ayuda mucho?

— A nadie le conviene que suban las tasas de interés, si pensamos que a los bancos les va mejor con tasas altas estamos en un error porque tienen que batallar más para repercutir el costo de fondos al cliente final.

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