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La cuarta ronda de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) concluyó entre discursos de confrontación, acusaciones, “significativas brechas de opinión” y el aplazamiento del próximo encuentro entre los tres socios.

El representante estadounidense, Robert Lighthizer, se manifestó decepcionado por las posturas inflexibles de sus contrapartes, mientras que Canadá y México mantuvieron el discurso de no dar marcha atrás en lo que ya se ganó y tampoco en la aceptación de propuestas que vayan contra el libre comercio.

En conferencia de prensa, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo a sus contrapartes que “para que los esfuerzos de México, Estados Unidos y Canadá sean fructíferos hay que entender que todos tenemos límites para asegurarnos que las decisiones que tomemos hoy no regresen a perseguirnos mañana”.

El funcionario dejó claro que México no aceptará las propuestas que Estados Unidos puso sobre la mesa, como la cláusula de vigencia que da “muerte súbita” al tratado, el aumento a las reglas de origen o dejar al acuerdo sin mecanismos para la solución de controversias.

Aun cuando admitió que puede ser escasa, poca o mucha la posibilidad de llegar a un acuerdo, dijo que se mantendrán en la mesa de negociaciones porque buscarán soluciones creativas para evitar que termine el proceso y todos se vayan “con las manos vacías”.

Tono agresivo. Antes de que cada delegación diera conferencia de prensa por separado, los representantes comerciales de cada país presentaron la declaratoria final de esta cuarta ronda de renegociaciones.

En su oportunidad, Robert Lighthizer expresó estar sorprendido y “decepcionado por la resistencia al cambio de los negociadores” mexicanos
y canadienses.

Flanqueado por la ministra canadiense y el secretario mexicano, el estadounidense los culpó de llevar a un impasse las negociaciones.

“No hemos visto indicación de que nuestros socios estén deseando hacer cambios que resultarán en un reequilibrio y una reducción del enorme déficit comercial”.

Lighthizer mantuvo su perspectiva de que son los mexicanos y los canadienses los que llevaron a mal término la ronda: “A veces hemos visto el rechazo a aceptar lo que claramente es el mejor texto disponible, a pesar de que los países lo habían aceptado en el pasado” y se niegan a modernizar y “hacer más justo” un acuerdo que “se ha convertido en asimétrico y necesita ser reequilibrado”.

Más tarde, en reunión con los medios de comunicación el funcionario estadounidense advirtió que si México y Canadá no cambian su posición las conversaciones están destinadas al fracaso.

Diplomacia en pausa. La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, en clara referencia a Estados Unidos dijo que en esta ronda se vieron propuestas no convencionales en áreas críticas de la renegociación, lo cual ha desafiado más el trabajo del equipo técnico.

“En la tercera y cuarta rondas hemos visto propuestas que hacen retroceder el reloj en temas de predictibilidad, apertura y colaboración en el TLCAN… en algunos casos, estas propuestas están contra las reglas OMC, eso es algo que nos causa conflicto”, afirmó.

Recalendarización. La falta de acuerdos en la cuarta ronda provocó que se movieran las fechas de los próximos encuentros, de acuerdo con el comunicado trilateral.

Ante “las significativas brechas de opinión”, la quinta ronda se llevará a cabo del 17 al 21 de noviembre, detalló el mensaje.

El reencuentro entre las partes ahora será casi tres semanas después de lo previsto originalmente, pues tentativamente se fijó del 29 de octubre al 2 de noviembre.

Hasta diciembre, cuando se dé la reunión a nivel de jefes negociadores —entre el estadounidense John Melle, el canadiense Steve Verhoul, y el mexicano Kenneth Smit— se definirán las siguientes rondas que pueden realizarse durante el primer trimestre de 2018. Con información de Miguel Pallares

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