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Se tiene que garantizar un cierre de sexenio con estabilidad para que el nuevo gobierno, independientemente del candidato que gane, tenga las bases para aplicar una reforma fiscal que incentive la inversión, el ahorro y el empleo, considera el nuevo presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) 2017-2018, José Besil Bardawil.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dice que el principal reto en 2018, tras una administración que sacó exitosamente reformas estructurales como la hacendaria —aunque no gustó al gremio de los contadores—, la cereza del pastel es dejar preparado el terreno.

“La salida del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto tiene que fortalecer como cereza del pastel de su gobierno la entrada del nuevo presidente sea quien sea”, afirma Besil Bardawil.

Como nuevo dirigente del IMCP le tocará vivir un año crucial para el país con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las elecciones presidenciales y la latente reforma fiscal que impulsa el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Por eso, advierte que a final de cuentas se trata de México, y si el terreno queda preparado para que en el siguiente gobierno pueda darse una reducción en la tasa impositiva del Impuesto Sobre la Renta (ISR), puede beneficiar para continuar la inversión en México.

“Estaríamos muy a tiempo para empezar a aplicar a partir de 2019 [bajar el ISR] en el nuevo paquete económico de la nueva administración; también trabajar más sobre los impuestos al consumo, daría la oportunidad de pagar de acuerdo con lo que uno gaste, y si tiene la capacidad de ahorro que siempre ha beneficiado a la economía”.

Besil Bardawil señala que al haber ahorro también se puede ver en la parte de los impuestos; en tanto que si se reinvierte, que exista el premio, y para el que retire las utilidades que no sea un costo que no sea gravoso para la economía.

El representante del IMCP afirma que en los impuestos relacionados directamente con el consumo se tiene la oportunidad de una modalidad de fiscalización que se complementa con la parte electrónica.

Para el nuevo presidente de la contaduría pública organizada en el país, reducir el ISR es necesario no sólo como respuesta ante el eventual plan fiscal en Estados Unidos.

“Si el gobierno de Estados Unidos nos cierra las puertas, es una gran oportunidad para los mexicanos de descubrir la grandeza de lo que somos”, asegura.

La sociedad y el ser humano normalmente trabajan hasta que descubre sus necesidades, considera; sin embargo, sentencia que mientras estemos en “la zona de confort”, ahí nos quedaremos.

“Todo lo que va a hacer el gobierno de Estados Unidos para cerrarnos la puerta nos va a dar la posibilidad de ver otras oportunidades. Hay otros países interesados en nosotros”, pondera Besil Bardawil.

Contador independiente

El nuevo presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos es originario de la Ciudad de México (CDMX), de padres mexicanos.

Lleva en la sangre la mezcla de dos culturas: su madre es originaria de Linares, Coahuila; y su padre, aunque es de la CDMX, provenía de una familia de libaneses. José es la tercera generación.

“La cultura libanesa es una raza que está acostumbrada a trabajar, podemos comprometernos fuertemente con los compromisos que adquirimos que nos interesa compartir la abundancia que existe en todos lados y el nivel de sensibilidad para trabajar en beneficio de la comunidad”, explica.

No trabaja en una de las grandes firmas de contadores, dirige un despacho chico, como él mismo lo define, Besil Bardawil asesores fiscales, en la colonia Portales.

José estudió la secundaria y preparatoria con los hermanos Maristas y contaduría en la Universidad La Salle a sugerencia de un tío, aunque a él le llamaba la atención las leyes; tiene un posgrado en contribuciones fiscales federales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un diplomado en derecho tributario en el ITAM.

“Cuando yo iba en tercero de preparatoria y tenía que tomar la decisión de lo que iba a ser, a mí me gustaban mucho las leyes, pero en aquél entonces era muy flojo para leer y veía que en leyes había que leer mucho más, y entonces me di cuenta que tengo facilidad para los números y me fui hacia Contaduría.

“Acabé la carrera, vi las oportunidades que tenía, y siempre me llamó la atención las leyes; el mejor manejo fue lo fiscal, y por eso fue que me incliné hacia la formación fiscal”, narra el presidente del IMCP.

Besil Bardawil admira al contador público Alfredo Adam porque es un gran ejemplo para la comunidad. “Es primo mío, y de alguna forma dentro de la familia fue un ejemplo para mí. Mi tío veía el camino de la profesión basada en él”.

Se afilió en automático al IMCP luego de que se integró al Colegio de Contadores en 1986, porque empezó a trabajar con dictámenes fiscales.

Conoce desde las entrañas, la estructura del gremio, lo que le permitió llegar a ser ahora el presidente del instituto.

Así, pasó de ser invitado al Colegio de Contadores de la Ciudad de México por el papá de una de sus alumnas, a presidirlo años después, que es uno de los más importantes de los 60 colegios por tener el mayor número de socios.

Hombre espiritual

José Besil es el segundo de seis hermanos, contador de profesión en donde detrás de los números y las cuentas está un hombre espiritual.

Cuando contaba con 27 años de edad, le cambia la vida debido a un lamentable accidente automovilístico en el que muere uno de sus hermanos y sus padres quedan gravemente heridos.

En el libro Despertar, Conciencia de Vida, de su autoría, da cuenta de este pasaje.

“Desde que nací, mi vida ha sido muy alegre. Soy el segundo de seis hermanos. Siempre fui muy feliz hasta que un accidente automovilístico provocó la trascendencia de mi hermano Enrique, de mi tía y de mi primo. Yo tenía 27 años, estaba casado y ya tenía al primero de mis tres hijos”, expone.

Cuando todavía no se reponía de esto, murió su padre y después su madre, luego de que le diagnosticaron cáncer.

En el libro de ejercicio espirituales, se resume cómo José Besil encontró la paz interior: De transitar el desierto del duelo, inicia una serie de investigaciones, análisis, meditaciones y oración que lo llevan a descubrir la paz interior y la claridad de la vida.

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