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El Banco Mundial (BM) explora la posibilidad de llevar a cabo una operación para la reconstrucción y fortalecimiento de las escuelas dañadas por los sismos de septiembre en México, asegura el vicepresidente para América Latina, Jorge Familiar.

“Como institución de desarrollo pusimos a disposición del país todo nuestro apoyo desde el punto de vista técnico, como desde montar alguna operación, y estamos explorando la posibilidad de hacer alguna operación en particular para la reconstrucción y fortalecimiento de escuelas”, dice el vicepresidente.

En entrevista con EL UNIVERSAL, adelanta que también están en conversaciones con el gobierno federal y las administraciones estatales para intercambiar información y asistencia técnica en áreas más amplias.

Familiar señala que la profundidad del apoyo dependerá de las solicitudes y la capacidad del país para hacer frente a estos desastres, que es muy elevada respecto al nivel mundial.

Destaca que México está a la vanguardia en la administración de riesgos por desastres naturales. “México tiene bastante buena experiencia, y desde luego estamos ofreciendo apoyar con lo que sea necesario”.

Durante la entrevista realizada en sus oficinas en Washington, también habla de los retos para América Latina y el Caribe ahora que la economía de la región crecerá, pero todavía no como se requiere, por lo que es importante fortalecer los motores internos elevando la productividad e invirtiendo más en infraestructura y capital humano.


Desastres naturales

Sobre el impacto de los desastres naturales que han ocurrido recientemente en diferentes países, el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe dice que serán distintos en cada país.

A diferencia de otras naciones de la región, México tiene mayor capacidad para enfrentar el impacto por huracanes y terremotos, agrega.

Algo muy diferente sucedió con otros países en el caso de los huracanes Irma y María, que afectaron de manera muy importante a dos clientes del organismo, Antigua y Barbuda, y Dominica, con un elevado nivel de devastación.

Familiar precisa que en Dominica hay estimaciones preliminares de que las pérdidas podrían representar 200% Producto Interno Bruto (PIB), apenas en las seis horas que duró el paso del huracán.

“Eso claramente tiene un impacto muy fuerte sobre la economía y el bienestar de las personas, y por lo tanto estamos trabajando rápidamente. No sólo nosotros, sino la comunidad internacional en una respuesta de apoyo”, explica.

La isla de Barbuda quedó totalmente devastada, se evacuó en su totalidad y, por primera vez en 300 años, no hay gente viviendo ahí.

“También es una situación muy significativa en Barbuda. Ya cuando se considera Antigua y Barbuda, el país en su conjunto, las pérdidas se estiman en 15% del Producto Interno Bruto”, acota Familiar.

Lo anterior implica que se requiere de una respuesta especial porque los países del Caribe sortean problemas de alta deuda, bajo crecimiento y gran exposición a shocks externos.

Frente a ello, se debe tener la mirada hacia adelante para tener un Caribe más resiliente y para desarrollar todavía más instrumentos que permitan administrar los riesgos, expresa el funcionario del BM.

Por eso el caso de México es distinto, aunque se lamentan las pérdidas humanas y de patrimonio, pondera Jorge Familiar.


Instrumentos

Al respecto, detalla que el Banco Mundial cuenta con instrumentos para ayudar a la administración de riesgos como los diferentes bonos y seguros para que los países se protejan de los desastres naturales y fenómenos meteorológicos.

Para el Caribe hay un mecanismo dirigido en algunos casos para los países donantes y beneficiarios que pagan una prima y están asegurados contra huracanes y terremotos bajo modelos paramétricos.

Usualmente esa es la primera línea de desembolso cuando se presenta un fenómeno de esa naturaleza, como sucedió con los huracanes Irma y María, que representó 50 millones de dólares a los 14 días del paso del ciclón, permitiendo con ello tener liquidez de manera rápida.

Existen otros créditos catastróficos con desembolso diferido que son los CAT, que es una línea de crédito a la que puede acceder un país cuando se decreta el desastre, como pasó con República Dominicana hace unas semanas.

Además, se pueden otorgar créditos para la reconstrucción y manejo de desastres naturales.

Se trata de préstamos para financiar los servicios para limpiar calles y remover escombros.

Otro instrumento innovador es el Bono Catastrófico como el que México tiene en colaboración con el Banco Mundial, que es una emisión de un instrumento de deuda en el que si se presenta un evento y se cumple con ciertos parámetros, se dejan de pagar intereses.

“[El Bono Catastrófico] es el más sofisticado que hay; se vende el bono en los mercados y quienes son los compradores son los inversionistas que están interesados en asumir esos riesgos, y el Banco Mundial participa en el proceso de emisión”, detalla el vicepresidente para América Latina.

Freno a pobreza

En avances en desarrollo social, afirma que hay buenas noticias para la región, pues habrá un crecimiento tras la recesión, pero será limitado y no tan fuerte como el que se necesita para mantener el proceso de transformación social.

Familiar refiere que los últimos seis años han sido complejos para América Latina, porque fue la zona más afectada por el entorno global y la que más se desaceleró. Sin embargo, apunta que actualmente hay dos buenas noticias y retos.

“Tenemos noticias positivas: la primera es que la región regresa al crecimiento este año, después de estar el año pasado y el año antepasado muy cerca de la recesión”, destaca el funcionario.

Para Jorge Familiar, es muy bueno que la región vuelva a crecer, aunque admite que este crecimiento es limitado, no tan fuerte como el que se necesita si es que se busca mantener los procesos de transformación social iniciados cuando los precios de los commodities eran muy altos y la región estaba creciendo a tasas muy altas.

La otra buena noticia es que la pobreza no aumentó, pese a la recesión, enfatiza el funcionario del BM.

“Llevábamos tiempo preocupados de qué impacto tendría esta desaceleración e incluso esta recesión que tuvimos el año pasado sobre la pobreza y el desarrollo social; lo relativamente positivo es que si bien se redujo la pobreza y prácticamente se detuvo, no tuvimos un proceso de reversión”, asegura Jorge Familiar.

Se temía que la gente vulnerable cayera nuevamente en pobreza y afortunadamente no se ve eso, agrega, lo que habla de una consolidación de la transformación social y el esfuerzo de los países para proteger a los más vulnerables.

En ese contexto, estima que hacia futuro se debe reconocer que aún existen retos para fortalecer los motores de crecimiento, tomando en cuenta que hay un entorno externo más favorable al que se tuvo en los últimos años.

“Hay un crecimiento más fuerte en el mundo, es un crecimiento más incluyente, porque hay más países, y esto es algo positivo; tenemos una ligera mejoría en los precios de los commodities, lo que ayuda a la región”, establece Familiar.

Pero si bien esto apoyará a América Latina y el Caribe, advirtió que no será suficiente, y se debe seguir trabajando en la agenda de productividad, inversión en infraestructura y fortalecimiento del capital humano.

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