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Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) reconocieron su preocupación por el crecimiento económico y la inflación del país.

Al dar a conocer las minutas sobre la reunión de política monetaria del pasado 28 de septiembre en la que de manera unánime dejaron la tasa de referencia en 7%, se destacó que la actividad económica siguió en expansión en el segundo trimestre.

Sin embargo, el documento informó que, de acuerdo con datos disponibles del tercer trimestre, la economía muestra una desaceleración en su ritmo de crecimiento.

Así, la mayoría de los miembros de la junta coincidió en que el balance de riesgos para el crecimiento económico se ha deteriorado.

Detalló que los principales factores que han afectado este panorama económico son la percepción de que pudieran materializarse escenarios adversos en la relación bilateral entre México y Estados Unidos, los derivados del periodo electoral de 2018 en México y episodios de turbulencia en los mercados financieros internacionales.

Uno de los miembros consideró que el dinamismo de la demanda agregada ha sido afectado por los esfuerzos del fortalecimiento de las finanzas públicas y el ajuste del gasto, así como por las acciones de política monetaria del Banxico.

El problema de inseguridad fue otro factor que señalaron los miembros de la Junta. Uno explicó que en las encuestas que recaba el banco central entre empresas, un gran porcentaje reportó haber tenido afectaciones por el problema.

Otro de los miembros expresó su decepción por el poco impacto que las reformas estructurales han aportado hasta ahora en la expansión económica y enfatizó sobre la baja probabilidad de que esos cambios aumentarán el crecimiento potencial del PIB nacional.

Temporal y moderado. Sobre los terremotos de gran magnitud y varios huracanes que sufrió México en las últimas semanas, todos los miembros reconocieron que aunque no se cuenta con suficiente información, los efectos de estos acontecimientos sobre la actividad económica y la inflación serán temporales y moderados.

Del balance de riesgos para la inflación, se detalló que se pudo haber deteriorado respecto al reportado en el comunicado anterior.

Entre los principales riesgos que van al alza destacan: depreciación de la moneda nacional ante choques internos y externos; efectos de segundo orden; incrementos en los precios en algunos productos derivados de los recientes sismos, y efectos causados por la evolución de los costos unitarios de la mano de obra considerado que las condiciones del mercado laboral se han enido estrechando.

Algunos miembros recalcaron que la política monetaria sigue enfrentando un panorama de difícil lectura en los próximos meses.

En este contexto, consideraron que es indispensable que el Banco de México se mantenga vigilante ante la posibilidad de que se materialicen algunos de los riesgos mencionados para la inflación, por lo que no descartarían la posibilidad de ajustes al alza en la tasa de política monetaria.

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