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Las tomas clandestinas de gas licuado de petróleo —el que se distribuye en cilindros metálicos y tanques estacionarios— han crecido 1000% en los últimos cinco años y representan fuertes pérdidas para los distribuidores y un peligro para la sociedad que compra el combustible robado, denunció el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas), Octavio Pérez Salazar.

Dijo que el mercado negro de ese combustible se concentra en el llamado Triángulo Rojo, que abarca Puebla, Veracruz y Tlaxcala, donde se estima que esa actividad le robó a distribuidores 15% del mercado.

En estas tres entidades, los distribuidores venden aproximadamente 15 mil 233 toneladas mensuales, pero el crimen organizado, denominado como gasocoleros, acapara ventas clandestinas de 2 mil 285 toneladas mensuales, que representan pérdidas para el sector por 40 millones de pesos mensuales o 480 millones de pesos anuales.

Desde su punto de vista, el hecho de que exista mercado que compra gas LP robado no se debe a la diferencia de precios, aun cuando el hidrocarburo sustraído ilegalmente de ductos de Pemex se comercialice hasta 50% más barato.

Aclaró que el crimen organizado que se dedica a realizar perforaciones en LPG ductos de Pemex extiende el ilícito a Hidalgo, Tamaulipas, Nuevo León y la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Hizo un llamado a las autoridades para que combatan “enérgicamente esta problemática, mediante acciones para identificar, para asegurar y retirar de circulación a las unidades piratas que operan ilegalmente y que están afectando al sector y a los consumidores”.

También exhorto a los consumidores a hacer uso de la aplicación oficial de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) AmiGas, para que al solicitar el servicio verifiquen la autenticidad de las unidades de suministro de las 400 empresas formalmente establecidas en el país.

Los riesgos asociados a esta actividad ilícita, dijo, son graves, no sólo porque la mayor parte del energético que se distribuye es robado, sino porque se vende en condiciones que no cumplen los estándares mínimos de seguridad.

Desde diciembre del año pasado, Pérez Salazar había denunciado el problema, pero en ese momento aseguró que “todavía no es un asunto generalizado, pero empieza a permear en el negocio”.

Explicó a EL UNIVERSAL que “hay ocasiones en que llegamos a un negocio o con el cliente domiciliario y nos dicen ‘ya nos surtieron, vino otra empresa y me está entregando a mitad de precio’”.

El pasado 28 de marzo, este medio público que las tomas clandestinas para extraer gas LP empieza a convertirse en dolor de cabeza, sobre todo en Puebla, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Tlaxcala, Veracruz e Hidalgo.

En 2016, al menos 10 entidades estuvieron involucradas en el problema de tomas clandestinas en LPG ductos, al reportarse 153 perforaciones ilegales. De ellas, 124 se concentraron en Puebla, Estado de México, Querétaro y Tlaxcala.

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