¿Alerta por el superávit?

Nos advierten que la disciplina fiscal que Arturo Herrera fue a presumir a Washington en las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial está a punto de convertirse en rebeldía durante la discusión de la Ley de Ingresos para el próximo año en San Lázaro. Nos dicen que el equipo negociador de la Secretaría de Hacienda enfrentó un verdadero predicamento a partir de una orden que surgió nada más y nada menos que de Palacio Nacional. Nos cuentan que desde ahí llegó la indicación de bajar el nivel del superávit primario, y aunque el ajuste es menor, significa tocar un punto que ya tenía en calma a los mercados. El mandato habría sido para complacer a los campesinos que se fueron a plantar a San Lázaro y bloquearon los accesos, provocando el retraso de la ruta legislativa del paquete de ingresos. El problema es que, luego de advertir sobre las finanzas públicas del país, el ajuste podría ser mal visto por las calificadoras de deuda.

Romo lamenta “telenovela”

El jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, aclaró que era broma cuando pidió a los industriales que digan “mentiras” sobre el ambiente de negocios que hay en el país, y que lo que buscaba era entusiasmar sobre las oportunidades que hay en México. Ello luego de que el viernes pasado dijo a empresarios que había que hablar bien del país y que, de ser necesario, dijeran mentiras al ser encuetados por el Banco de México sobre el entorno en que se vive. Ayer explicó que sería una gran irresponsabilidad decirlo en serio, pero admitió que deberá recordar que actualmente es un funcionario, pues a causa de esa broma le “hicieron una telenovela”. “Tengo que aprender que soy funcionario público y tengo que guardar las formas, pero el fondo era entusiasmar a México, porque necesitamos que todo el mundo invierta”, explicó.

Etiquetado, sin obstáculos

Nos comentan que los cambios a la ley de etiquetado para alimentos con alto contenido calórico avanzan, e incluso el gobierno ya presentó el pasado 14 de octubre ante el Organismo de Obstáculos Técnicos al Comercio de la Organización Mundial del Comercio la invitación para que todos los gobiernos de los países miembros que quieran dar sus puntos de vista sobre los cambios a las etiquetas lo expresen ante la Secretaría de Economía, de Graciela Márquez. Nos dicen que de no gustarle a otras naciones, el asunto podría elevarse a una controversia comercial, aunque en el organismo encabezado por Roberto Azevêdo no hay ningún antecedente de que algún país opositor haya ganado, porque a fin de cuentas se trata de un asunto de salud. Nos ponen como ejemplo que cuando Chile cambió sus etiquetas las observaciones tampoco prosperaron, porque el fondo de los cambios es velar por el bienestar y salud de la población.

Aprietan más el cinturón

Las políticas de austeridad de la 4T se siguen reflejando en la Secretaría de Economía, pues ayer en el Diario Oficial de la Federación se publicó el nuevo Reglamento Interno de la dependencia, y su organigrama incluye la desaparición de algunas direcciones generales, direcciones adjuntas y se crea la figura de oficinas. Por ejemplo, la Dirección General de Vinculación Política será ahora Oficina de Enlace Legislativo, mientras que la Dirección de Comunicación Social queda como Oficina de Comunicación Social. Nos dicen que los ajustes también implican una baja en los salarios de las áreas involucradas que ya no tendrán nivel de dirección. Como parte del reajuste desaparecieron direcciones generales adjuntas, pero permanecen algunas, como la de la Dirección del Registro Nacional de Inversiones Extranjeras. Le tocó cambio también al abogado general de la dependencia: ahora habrá una Unidad de Apoyo Jurídico con dos direcciones generales adjuntas.

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