Si te trazas un objetivo, ya sea conseguir una beca, ahorrar para un viaje o iniciar un negocio, es común que te encuentres con obstáculos que sortear. Las dificultades te obligan a modificar la ruta hacia la meta, te tienes que adaptar a las nuevas y variables condiciones del terreno. Cuando haces un plan lo imaginas como una línea recta del punto de partida (A) a la meta (Z), muchas veces sin tomar en cuenta las muchas letras entre la A y la Z. Cada una de estas etapas podría representar un acierto que te acerca más y más a la meta o una complicación a resolver.

En definitiva, encontrarás problemas para conseguir lo deseado. Más vale pensarlo así, no con una actitud pesimista, sino simplemente aceptando una realidad y anticipando las dificultades para que no te tomen por sorpresa. Estar consciente de las complicaciones que surgirán te ayuda a darle un nuevo significado a la situación adversa: la ves como una oportunidad y como algo predecible, no como un problema abrumador.

Los obstáculos no son más que un condimento del triunfo.  Mark Twain

Si volteas a ver los objetivos que te has planteado en el pasado, las montañas que has debido escalar, lo verás: el camino hacia la cima no siempre es recto y sencillo, a veces es sinuoso y pesado. Tomar en cuenta la posibilidad de encontrarte con subidas y bajadas te ofrece una red de protección contra la frustración, el enojo, la ansiedad y la decepción.

La actitud hacia los obstáculos con que te encuentras, cómo los ves y cómo reaccionas ante ellos, determina si te mantienes motivado o te hundes en la desilusión, dice Ryan Holiday, el autor de The Obstacle is the Way:

  1. Puedes ver los obstáculos como limitaciones y sentarte a llorar porque no puedes avanzar, o bien, como oportunidades para desarrollar nuevas habilidades y utilizar las destrezas adquiridas o latentes en tu interior.  Recuerda la famosa frase del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry: “El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo”.
  2. Puedes ver la adversidad como algo que te sucede sólo a ti, tomarla como algo personal, o bien, como dificultades que todo emprendedor enfrenta. No eres la única persona a quien rechazan para un empleo, que debe hacer un gran esfuerzo o que cae en bancarrota. Y esto no es “consuelo de muchos, consuelo de tontos”, es más bien una invitación a dejar de plantearte la pregunta “¿Por qué a mí?”, un reflejo de tu ego diciendo: “Yo no debería enfrentar la adversidad. No me deberían suceder cosas desagradables”. Quizás sería mejor preguntarte “¿Por qué no habría de sucederme a mí también? ¿Qué tengo yo de especial?”. Esta última postura implica ir contra tu ego.
  3. Puedes ver los reveses como impedimentos para llegar a tu destino final o como señales de tráfico que temporalmente te desvían de la ruta planeada. Te molestas por la desviación de tu ruta y te quejas, pero pronto la aceptas y te adaptas al nuevo camino señalado. A veces los cambios en la ruta significan detenerte o ir más lento, pero normalmente no te impiden llegar. Quizás sólo te toma más tiempo, pero al final llegas.

Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta.

-Henry Ford

En situaciones adversas imagínate como si fueras el agua de un arroyo, que no se detiene si encuentra un obstáculo en el camino. Generalmente, el agua encuentra un nuevo trayecto para seguir en movimiento. Difícilmente dice “¡Al demonio con esto!”. Persevera porque lo sabe: encharcarse no es la mejor opción y continuar es cuestión de empujar un poco, adaptarse y buscar. Como el agua, tú puedes sortear los obstáculos y evitar estancarte.

Si la vida te da palos…construye una cabaña.

Y sí, la vida te va a dar palos, en ambos sentidos, golpes duros de los que deberás reponerte. Pero también te dará materiales (palos) y herramientas para construir. Juzgar injustas las trabas con que te encuentras no va a hacer que las cosas cambien. A los inconvenientes no les importa qué pienses de ellos. Si estás jugando a las cartas y otro jugador cambia la jugada, no te tiras a llorar y a lamentarte de lo injusto de la tirada, ¿verdad? ¿Qué haces? Resuelves qué dirección tomar con la intención de conseguir tu objetivo: ganar.

El éxito resulta de la lucha contra los obstáculos. Sin obstáculos no hay verdadero éxito. En la necesidad del esfuerzo hallamos la fuente principal del progreso de las naciones y de los individuos. -Samuel Smiles

En circunstancias difíciles tampoco sirve de nada compararte con los demás para envidiar su buena suerte. Al hacerlo, dejas de ver lo que tienes enfrente y lo que la vida exige de ti en esos momentos. No tienes otra opción excepto hacer lo mejor posible con lo que tienes. El famoso Walt Disney solía decir que “una patada en los dientes puede ser la mejor cosa que te puede suceder en un momento dado”. Esta es una invitación a darle la bienvenida a la adversidad o por lo menos sacar el mayor provecho de ésta. ¿Será verdad el dicho: “No hay mal que por bien no venga”? Tú, ¿qué opinas?

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