El término de un ciclo y el comienzo de uno nuevo nos lleva a elegir entre comenzar una nueva etapa llevando las mismas cargas de siempre o hacer cambios en nuestro beneficio. El inicio del año es un buen momento para soltar, dejar ir y liberarnos de lo que pesa. También es una oportunidad para probar nuevas conductas, actitudes y formas de pensar. Aquí hay algunas sugerencias para experimentar lo nuevo:

Elimina los recuerdos negativos

Como es afuera es adentro. Al eliminar algunos objetos, también te deshaces de sentimientos negativos. Introduce en una caja o bolsa todo lo que te recuerde una relación o un trabajo que te dejó mal sabor de boca. Al poner los objetos físicos y tangibles, te separas mentalmente de la experiencia vivida. Almacena la caja, dona su contenido a alguien a quien le sirva, o tírala. La segunda opción, donarla, puede ser parte de un proceso alquímico para transformar lo doloroso en algo útil.

Prueba algo diferente

Cambia tu entorno. Dale a tu espacio, oficina o casa, una nueva decoración: agrega objetos, cambia de posición los muebles, pinta las paredes de otro color. Una modificación de este tipo te ayuda a disociarte de algo negativo que viviste en ese lugar. La nueva apariencia de tu entorno te hace experimentar algo nuevo. Evita quedarte atrapado en la misma rutina, en los mismos lugares y en la misma casa. Prueba cosas nuevas y diferentes. Haz nuevos amigos y realiza actividades que siempre habías querido hacer, pero que no te habías atrevido a llevar a cabo. Esto te llenará de energía y lograrás distanciarte de los eventos o las personas que quieres dejar atrás.

Sé congruente

La congruencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos es signo de madurez. Haz lo que dices, piensa lo que haces y di lo que piensas. Si te fijas bien, las personas congruentes gozan de cierto atractivo. Nos gusta la honestidad y la congruencia. No sólo a las personas les gusta la congruencia. A los animales, en especial los caballos, también son sensibles a la congruencia. Si a los caballos les hablas suavemente, pero por dentro estás ansioso, el caballo se hará a un lado. El animal lo sabe, algo no está bien, no tolera la incongruencia. Encubrir y fingir no es para los equinos y mucho menos para las personas.

Suprime el sufrimiento artificial

Hay dos clases de sufrimiento: auténtico y artificial. Con el primero nos encontramos irremediablemente por el simple hecho de vivir. Es imposible escapar a este tipo de congoja. El sufrimiento artificial nos lo provocamos al afirmar rotundamente cosas como: “No le importo a nadie”, “Todo me sale mal” o “Yo no nací para amar o tener una pareja”. ¿Te suenan familiares estas afirmaciones? Son suposiciones hechas a la ligera que pueden provocar mucho dolor. Renuncia a sufrir innecesariamente. Ya la vida, por sí sola, trae algo de dolor, no lo incrementes con suposiciones e ideas pesimistas y negativas. Pon atención a lo que piensas, pues tus emociones dependen, en gran medida, de tus pensamientos.

Tómate tu tiempo

Alcanzar nuestras metas requiere de tiempo, esfuerzo y disciplina. No suceden de manera instantánea. A pesar de saber esto, nos empeñamos en comprar los productos maravilla o seguir las dietas de moda, que evidentemente son rápidas y fáciles, en lugar de adherirnos a un programa de alimentación controlada que toma más tiempo. No nos tomamos el tiempo para hacer las cosas. Por ejemplo, ¿quién tiene el tiempo para leer algo con detenimiento, reflexionar o hacer una interpretación de lo leído? Dale suficiente tiempo a cada actividad y disfruta de los beneficios de hacer las cosas con atención plena.

Trabaja en lo que amas, ama en lo que trabajas

Cuando trabajas en lo que amas, no lo sientes como trabajo, en el sentido de obligación. En ocasiones, muchos se quedan en un empleo poco satisfactorio por años porque piensan que no son capaces de ganarse la vida haciendo lo que en realidad les gusta hacer. Me parece que es al contrario: si amas lo que haces, te enfocas en ello y pones tu fe en ti mismo y en tu talento, el dinero y la felicidad llegan a ti de manera natural. Pensar así, por supuesto, requiere de que te des la oportunidad de probarlo. ¿De qué otra forma vas a saber si esto que te digo es verdad o no? A veces toma un buen tiempo descubrir cuál es tu verdadera pasión en la vida, pero cuando la descubres, la recompensa es grande.

Adopta una mirada fresca ante lo nuevo, dale la bienvenida. Ábrete a la espontaneidad, la improvisación, la creatividad, lo novedoso y original en cada momento de tu vida. Después de todo, como dijo Van Gogh, “Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?

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