Haz de la gratitud un hábito

Con bastante rapidez nos acostumbramos a aquello con que contamos. Damos por hecho las comodidades: dejamos de apreciar la conveniencia del agua corriente o la electricidad que alumbra nuestras noches y que hace posible leer estas palabras en un dispositivo electrónico. Olvidamos que el sol, que siempre está ahí, refuerza los huesos y fortalece el sistema inmunológico, además de hacer que crezcan las plantas, produzcan oxígeno y alimento. Es uno de los regalos que la naturaleza nos ofrece sin esperar algo a cambio. No tenemos que hacer un esfuerzo para tener aire, lluvia, la sombra de un árbol. Pero sí podemos sentir agradecimiento por contar con ellos, además de cuidar nuestro lugar en el mundo para seguir disfrutando de estos beneficios. La gratitud: una práctica y una prioridad Como menciono en mi post anterior, El agradecimiento puede mejorar tu vida, la gratitud ayuda a mejorar la salud y a incrementar la sensación de bienestar. Si te propones ver un mundo lleno de frustración y maldad, te llenarás de malestar, ansiedad y desesperanza. Sin omitir la cruda realidad, voltea hacia lo que, de manera auténtica, te da razones para agradecer: cualquier cosa que funcione bien en tu vida. Si por cada queja piensas al menos en una cosa por la que te sientas agradecido, habrás integrado esta actitud a tu existencia y comenzarás a disfrutar de sus beneficios. ¿Cómo puedes practicar el agradecimiento? Nota de agradecimiento. Expresar tu aprecio por lo que otra persona, por ejemplo, tu esposa, hace o hizo por ti, es un acto de generosidad que contribuye al fortalecimiento de la relación. En algunos talleres o sesiones de terapia, les pido a los participantes que escriban una carta de agradecimiento a ellos mismos, pues con gran facilidad uno se olvida del apoyo brindado a sí mismo, sobre todo en los momentos difíciles. El resultado de este ejercicio: reconocimiento de las propias fortalezas y de la capacidad para salir adelante en la adversidad. Agradecer mentalmente. Si hay alguien con quien te sientes agradecido, pero con quien ya no estás en contacto, o que murió, siempre es posible traer a tu mente su imagen y "hablar" para expresarle tu agradecimiento. Entre más vívida sea la imagen mental, más efectiva es esta práctica. Asegúrate de permitir que fluyan tus emociones, deja que tu cuerpo se exprese a través de sensaciones. Diario de gratitud. Reflexiona acerca de lo vivido durante el día por lo que te sientes agradecido. El efecto probable: facilitar tu sueño e incrementar tu felicidad, sobre todo si haces esta reflexión antes de ir a dormir. Prueba a hacerlo durante una semana y observa los resultados. Meditación. Puedes basar tu meditación diaria en el tema de la gratitud: inhalar agradecimiento y exhalar egoísmo; inhalar agradecimiento y exhalar ambición; inhalar agradecimiento y exhalar indiferencia. El egoísmo, la ambición desmedida y la indiferencia se oponen a la gratitud y por lo tanto a la armonía y el bienestar. Valoración. Si quieres integrar la práctica del agradecimiento a tu vida diaria, comunica a tu familia, amigo, novio o maestro lo que aprecias de ellos. Puedes proponerte hacerlo por lo menos una vez al día, tal vez dos, tú decides cuánto y a quien deseas expresar tu reconocimiento. Autoaprecio. Mírate al espejo y agradece a cada parte de tu cuerpo por la función que tiene en tu vida y por lo que te facilita hacer. Así, por ejemplo, quizás quieras agradecer a tu nariz por llevar a tus pulmones oxígeno que te da energía para hacer lo necesario a lo largo del día. Si te animas puedes incluso decirlo en voz alta. En este momento, voltea a tu alrededor y piensa en las cosas, personas y situaciones que traen beneficios a tu vida, por pequeños que éstos sean. Con mucha conciencia y honestidad, di "gracias por…" y nota las sensaciones que surgen en tu cuerpo y la respuesta de tu organismo. ¿Cómo se siente experimentar la gratitud? Escribe sobre tu experiencia aquí abajo. Al compartir este post en las redes sociales, contribuyes al bienestar de todos. Pasa la voz. @vjimenezmx