Por Óscar Colorado Nates*

Malick Sidibé llegó a las más grandes alturas fotográficas desde el pequeño pueblo de Soloba en Sudán. Ahí nació en 1935 y estudió Joyería y Arte. Trabajó con el fotógrafo Gérard Guillat quien no le enseñó el oficio, pero Malick aprendió observándolo.

Sidibé vivió los movimientos de independencia que convirtieron a la colonia francesa en un país independiente: Mali.

Durante la década de 1960 y 1970 realizó fotografías en blanco y negro de la cultura y la juventud en Bamako. Son imágenes de jóvenes desenfadados que lo mismo descansan en la playa que bailan en un club. Viaja en bicicleta, hace fotos, imprime unas 400 imágenes que cuelga en su estudio; los jóvenes se amontonan para descubrirse y apuntarse bailando con alguna chica. Y, desde luego, compraban sus fotos.

Había otro fotógrafo importante: Seydou Keïta, pero trabajaba en estudio y con formato grande, lo que le impedía salir a la calle por la noche con un flash. Malick Sidibé atendió, con su cámara, a los jóvenes en sus escapadas nocturnas.

Sidibé realizó imágenes de un gran poder por la conexión entre los sujetos y el fotógrafo. Mucho sonríen a Sidibé. Ahora los jóvenes pueden bailar y todos querían ser fotografíados ejerciendo esta nueva libertad. El retrato in extenso es una gran mirada desde dentro, despojada de toda forma de tipismo o intenciones folclóricas. Se trata de jóvenes influidos por la cultura occidental que van forjando su propia identidad: No son “Africanos” entrecomillados, y el ojo de Sidibé supo capturarlos en una mirada de tú a tú.

Aunque este trabajo documental es de gran potencia, no es la única razón por la que Malick Sidibé logró obtener el León de Oro en la Bienal de Venecia, o el cotizado premio Hasselblad (auténtico Nobel de la fotografía). Hacia 1958 Sidibé montó su propio estudio fotográfico en modestos 3x4 metros ubicados en el distrito de Bagadadji, una de las pocas áreas dotadas de electricidad.

Su estilo para crear retratos resultó único. Para comenzar, abandonó los fondos neutros tan típicos de Nadar, Richard Avedon o Irving Penn. Utiliza fondos con texturas marcadas. Llaman la atención sus horizontes caídos. Por otro lado, Sidibé alentaba a sus sujetos a llevar sus propios objetos: lo mismo un disco que les gustaba que una cabra, una moto o una reproductora de cassettes.

Malick Sidibé dio nueva vida al género del retrato, que había ejercicio antes con tanta maestría su colega Seydou Keïta. Si éste aportó un atrezo singular, Sidibé dio vida a sus retratados a través de la pose: “No quiero que mis sujetos parezcan momias. Me gusta inducrles posiciones que les haga lucir vivos.”[1]

Sidibé se interesaba por la gente. En una entrevista explicó: “Para ser un buen fotógrafo tienes que tener el talento de observar, y saber lo que quieres. Debes escoger las formas y movimientos que te agraden, que luzcan bellos. Igualmente, necesitas ser amigable, simpático. Es muy importante hacer que la gente se relaje. Un rostro es un mundo: Cuando lo capturo, veo el futuro del mundo. Creo con el alma y el corazón en el poder de a imagen, pero tienes que ser sociable. Tengo suerte porque está en mi naturaleza.”[2]

Su trabajo fue redescubierto por comisarios y curadores occidentales, así como marchantes del arte, a principios de la década de 1990. La comunidad artística pronto lo canonizó y su fotografía comenzó a circular en los grandes circuitos del arte contemporáneo. El niño pastor que perdió la vista de un ojo acabó con los máximos reconocimientos fotográficos, como el Infinity Award del International Center of Photography, el célebre ICP. Incluso Janet Jackson se basó en la estética que rodeaba a Sidibé en la década de 1960 para su video Got Til It’s Gone.

Para John Edwin Mason, profesor de historia africana en la Universidad de Virginia la obra de Sidibé es una síntesis de la fotografía africana y un profundo humanismo que impregnó a sus imágenes de chispa y originalidad. [3]

Malick Sidibé, fotógrafo de barrio, falleció en abril de 2016 a los ochenta años reconocido en el mundo del arte como uno de los grandes de la fotografía mundial.

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*Óscar Colorado Nates es crítico, analista y promotor de la fotografía. Titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México). Autor de libros como Instagram, el ojo del mundo, Fotografía de Documentalismo Social, entre otros. Conductor del programa de radio sobre fotografía  Miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY) y creador de , blog de reflexión fotográfica líder en Iberoamérica.

Notas

[1]O’Hagan Sean. Malick Sidibé obituary. Disponible en Consultada el 18 de octubre de 2016

[2] Jack Shainman Gallery, Malick Sidibé. Disponible en Consultada el 18 de octubre de 2016

[3] Laurent Olivier, Lowry Rachel, Ronk Liz. In Memoriam: Malick Sidibé (1936 – 2016). Disponible en Consultada el 18 de octubre de 2016

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