¡Hola amigs! Muchísimas gracias por ayudarme a que , en el que defendí a La Mars, se convirtiera en el más leído en la historia de este blog. No tengo números a la mano, pero sospecho que superó por muchisísimo .

Hoy le iba a dar seguimiento al tema porque fue una semana llena de odio que me hizo pensar muchísimo en el “por qué estamos como estamos”, pero como decidí hablar de otra cosa, sólo les dejo algunas conclusiones veloces:

-Un título universitario enmarcado en oro y colgado en tu sala no garantiza que hayas adquirido la capacidad de comprender textos simples en tu lengua materna.

-La SEP logró adoctrinarnos y hacernos creer no sólo que debemos tragarnos la mierda que nos da, sino saborearla y agradecerla de rodillas. ¡Felicidades, México!

-Mis colegas comunicólogos, además de que tienen una ortografía lamentable y de que confunden lenguaje coloquial con “escribir mal” (LO QUE PASA ES DE QUE ESO NO VENÍA EN LAS CLASES CARLOS MARÍN NO LO MENCIONA EN SU MANUAL DE PERIODISMO NO SÉ DE QUÉ HABLAN NECESITO UNAS FOTOCOPIAS COMO SUSTENTO AUXILIO), encabezan la lista de “profesionistas incapaces de disimular su ardidez”. #NotAllComunicólogos

-Alguien me preguntó si mi defensa a La Mars hubiera sido igual si en lugar de morra fuera vato. Güey, en ese caso no habría biera requerido que nadie escribiera nada en su favor (aunque lo está haciendo tan pinches bien que tampoco lo necesita), porque en lugar de recibir miles de mensajes de odio e incitación al suicidio, ya estaría glorificado como el sucesor de la dinastía Jackass y hoy sería el nuevo Facundo.

-Mis haters están muy confundidos con mi edad: la mitad descalifica todo lo que digo con un “esta pinche escuincla” y la otra mitad con “esta pinche ruca cuarentona”. El chiste es que no importa cuántos años lleves en el mundo, la gente pendeja lo usará en tu contra.

También les paso al costo dos respuestas a mi texto (¡así de polémico fue!), , que aunque utiliza erróneamente el “literalmente” y se avienta el cliché de que “México son muchos Méxicos”, es un cuestionamiento muy válido a mis mamadas. Y otra de la revista etcétera que está de risa loca, porque ni entendió nada y está escrita en el tonito mamón y de superioridad moral que gran parte de mis colegas creen que es necesario para hacer opinión en medios. No se la pierdan (favor de leerla con saco de pana, ceja levantada y una copa de buen vino español).

Fin.

Adiooooós tontos.

Ahora sí vamos al tema de esta semana que es... MI QUERIDÍSIMA MARTHA DEBAYLE.

Martha me cae bien por las siguientes razones:

-Igual que La Mars, dejó la escuela para perseguir su sueño de ser locutora de radio. Y LO CONSIGUIÓ BIEN CABRÓN.

-Tiene una política de lenguaje coloquial muy estricta en los medios que maneja. Nada de sinónimos pendejos ni frases rebuscadas innecesarias, porque es comunicación entretenida y útil, no poesía para que el redactor que sueña con el Fonca haga florituras lingüísticas de pacotilla con la nota sobre grasas saturadas.

-Apoya a la comunidad LGBTTTQI.

-Habla de sexualidad abiertamente e invita a su público a coger felizmente.

-Es muy divertida y pone música chingona en su programa.

-Demostró que las revistas impresas todavía no han muerto.

Sin embargo, Martha también me cae mal por los siguientes motivos:

-Está en contra del derecho a abortar de forma legal y segura.

-Está en contra de “las drogas”, así parejo, e invita a sus cuentahabientes a revisarle la mochila a sus hijes (¡¡¡!!!).

-Vive muy desconectada de la realidad del país. No se trata de que hable directamente los problemas sociales y políticos, sino de que deje de asumir que todes (incluso dentro de la clase media) andamos en coche, tenemos acceso a escuelas privadas, hablamos inglés y podemos comprar kale orgánico y kombucha.

-Le da espacio seudociencia en su programa.

-Y, sobre todo, constantemente está hablando de dietas, diciendo cómo ella y las de su equipo no “deben” comer ciertas cosas, haciendo fat shaming y poniendo la delgadez como la única opción deseable.

Esto último era de esperarse, porque casi todes los comunicadores en México son así, pero la neta Martha es más sensible e inteligente que el montón. Desgraciadamente, no en este tema.
La prueba está en la portada de julio de la revista moi:

El balazo “Cómo resolver tu relación con la comida” tiene muchísimas respuestas posibles. Yo, como alguien que después de veinte años de odiar mi cuerpo y enfrentar trastornos alimenticios (gracias, Malvado Papá Falso Socialité de Provincia, si es que todavía te das vueltas por este blog para ver si te menciono), les aseguro que ninguna de ellas es “DEJA DE TRAGAR”. De hecho, es la peor que alguien te podría dar.

Confieso que no leí el reportaje, así que le doy el benficio de la duda, porque la revista suele tener contenidos chingones (cof, cof, yo he colaborado en ella, cof, cof), pero la presentación es toda agresiva a lo menso.  

Ayer, la cosa en Marthadebaylelandia se puso AÚN PEOR. Ardió el internet porque se revelaron los resultados del concurso Extreme Makeover 2017, que se trata de que dos cuentahabientes, como le llama a sus fans/suscriptores de su sitio, son elegidos para someterse a una serie de alteraciones corporales para adecuarse más o menos al rígido, arbitrario, ridículo y aburridísimo estándar de belleza occidental. 

DE-LA-VERGA el concepto.

No puede ser que un programa que a veces te dice “la autoestima es importante, tienes que aceptarte como eres para superar tus obstáculos”, al día siguiente salga con que su dinámica del año es lucrar con las inseguridades que un par de humanos sienten con su físico. En serio qué descaro.

En Twitter hubo muchísima indignación por las cosas que reveló Martha en su Twitter, tanto que el hashtah #MitoDeLaBelleza fue trending topic por un par de horas. La nota de BuzzFeed lo cuenta muy bien: .

Yo, por motivos estrictamente laborales (ay, ajaaaaá), vi todos los videos de esta espantosa saga. Bueno, bueno, y también porque soy una morbosa y la neta siempre le dejo a este tipo de realities cuando se cruzan por mi camino.

Mientras lo veía grité ¡NO MAMES PINCHES PENDEJOS! o “¡¿QUÉ PEDO?! ¡¿PARA QUÉ LES HACEN ESO?!” tantas veces y con tanto enojo que desperté a mis vecinos (perdón, vecinos). Ahí va:

CAPÍTULO UNO

Para la cuarta edición de Extreme Makeover, Martha y su equipo recibieron más de 2800 solicitudes.
 

No sé si fue con la bondadosa intención de evitar exponer a la gente más vulnerable a un bullying horrible e innecesario, o si lo hicieron para tener una chamba más fácil, cómoda y menos tortuosa, pero escogieron a pura gente que se ve bien-para-los-estándares-de-belleza-actuales. Que no contratarían para un comercial de Aeroméxico, porque , pero que si los invitas a una fiesta seguro ligan.

Las dos elegidas son Arianna y Gaby, dos chavas que, a simple vista, jamás dirías que tienen motivo para estar acomplejadas. Pero, oh oh, recuerden que este malvado sistema capitalista y patriarcal se ha encargado de que todas, hasta la más escultural y que parece generada por computadora, odie su cuerpo y se obsesione con cambiarlo. Así que era descorazonador escuchar cómo su físico limitaba su felicidad. QUÉ PINCHE JODIDO VIVIR EN ESTE MUNDO ASQUEROSO QUIERO LLORAAAAAAR.

En fin, en este primer video, las someten a cirugía de ojos para quitarles los lentes. LOS LENTES. EN 2017. QUE SON CASI CASI REQUISITO PARA SER COOL. ¿Que nadie vio Portlandia?
 

The Dream of the 90's is alive in Portland... All the hot girls wear glasses (Yeah!)

O sea, si te cagan los anteojos porque son incómodos e interfieren con tu estilo de vida, va, está poca madre que te operes, ¿PERO QUÉ TIENE QUE VER CON “VERTE BIEN”? Hay unos armazones tan increíbles que me dan ganas de tener un grado más de miopía para justificar tener una colección enorme. O quizá aplique la hipsteriña de tener muchos aunque sólo tenga .25 en un ojo y .75 en el otro.

CAPÍTULO DOS

Aquí van con un cirujano plástico que no tiene expresión y que ni siquiera puede hablar bien de tan restirado que está. O sea, cada quien, ¿pero por qué este señor le va a decir a estas chavas cómo “deben” verse?

 Les mete una cantidad de cuchillo absolutamente innecesaria que en serio quería aventar la  computadora por la ventana.
 

¿Qué vergas es una “liposucción de axila”? Quién sabe, pero seguro ya hay cien personas más que la quieren (y creen que LA NECESITAN) por culpa de este show.
 Me recordó al capítulo de Daria en el que Quinn se quiere operar la nariz para ser igual a sus amigas.
 

Pinches enfermos que son capaces de hacerle creer a dos chavas perfectamente bonitas que necesitan alterar sus rostros. En serio qué villanos de telenovela. Ya mejor que se dediquen a ser trolls de internet pagados por el PRI.

Para terminar esta entrega, Arianna y Gaby van a arreglarse los dientes, lo cual sí está chido porque incide directamente en tu salud y calidad de vida. De hecho, todos los concursos de Martha deberían terminar en que te picha el dentista. Sí, queridos haters obsesionados con mi gingivitis: yo sería una excelente candidata.

 
CAPÍTULO TRES

Ahora las concursantes, todavía en recuperación después de las que el señor de la cara restirada les hizo intervenciones quirúrgicas NOMÁS PORQUE SÍ, van al gimnasio.

El entrenador más antipático del mundo les dice que “Aquí va empezar su segundo martirio”. Porque al parecer, la belleza está íntimamente ligada con la narrativa católica de la vida, y se trata de sacrificio y de pasarla de la verga... para después ir al cielo. Spoiler: ese cielo no existe. Si crees en estas mamadas de los ideales de belleza, vas a vivir frustrade por ser “imperfecto” por el resto de tu vida, no importa a cuántos concursos de Martha Debayle te metas. Luego te puedes morir, convertirse en fantasma y vengarte jalándondole las patas en la noche a ella y a Spiderman.

El otro entrenador, que por lo menos no es tan hígado, dice: “Para que las chicas se puedan poner bien bonitas y bien buenas”. Ah, porque según tú antes no lo estaban. Y porque en tu pinche industria de popó la inseguridad de las personas se transforma en dinero. Otro que mejor se hubiera dedicado a troll.

(Ese mismo entrenador dice “inga” en lugar de “chinga”. ¿Ven por qué hace daño que lloriqueen de que aparezcan “groserías” en los medios? ¿En serio prefieren a gente que suelte “No mouse, mickey”, “Hijo de tu Pink Floyd”, “A la gáver” y otros sustitutos que nomás causan escalofríos, en lugar de la expresión correcta? Ugh.)

Oigan, queridos mamados inmamables, ¿saben por qué la gente no hace ejercicio? Por MUCHAS COSAS WUUUU, pero una de ellas es esa relación eterna que hacen entre “ejercicio” y sufrimiento. NO CHINGUEN. El ejercicio puede ser bien divertido y hermoso, sobre todo si te avientas tu rutina oyendo el nuevo disco de Gloria Trevi y Alejandra Guzmán, como yo apliqué esta mañana mientras hacía pesitas. Dejen de decir mentiras.

Después, Arianna y Gaby van al dermatólogo. Mi teoría de persona que estudió Comunicación y que por lo tanto no sabe absolutamente nada de las áreas 1, 2 y la mitad de la 3, es que la única misión de estos especialistas debería ser embarrarnos de bloqueador solar, quitar roñas y prevenir/combatir melanomas o cosas así más peligrosas. Todo lo demás es imposición estética pendeja. Nuestras narices brillosas no deberían ser motivo de vergüenza. Tampoco los barros y los puntos negros, que además son el plástico de burbujas de la naturaleza y nos brindan horas de diversión porque se pueden reventar.

(Sospecho que los dermatólogos te dicen que no te exprimas el acné y que “lo dejes en manos de profesionales” porque no quieren compartir ese enorme placer con nadie más. Por cierto, ¿ya siguen a la ? ES EL MEJOR CANAL DE YOUTUBE DEL UNIVERSO AAAAAAAAH NECESITO EXPRIMIR UN BARRO EN ESTE MOMENTOOOOO.)

Por último, visitan el salón de belleza. A Gaby, que tiene el pelo “muy procesado” la regañan y dicen que va a ser un pedo “recuperarlo” (léase: de paso te lo vamos a planchar porque qué oso que lo tengas chino-ondulado en este mundo que sólo admite lacias). A Arianna, que tiene el pelo precioso y virgen, obviamente le empiezan a echar tintes y pendejadas y a meterlo a la freidora para chingárselo y cubrirlo de siliconas y petrolatos... o sea, a “procesarlo” y así esclavizarla al eterno ciclo de joder-arreglar la cabellera.

*se arranca los pelos del coraje*
 
CAPÍTULO CUATRO

Las chicas están tan traqueteadas por las pinches cirugías que las llevan a una cosa que se llama “electroestimulación muscular”, que yo me imagino que es como la máquina de toques de los borrachos, pero de miles de dólares y en un lugar muy mamón.
 

Luego tienen cita con la nutrióloga, que según yo sí está bien que haga hincapié en la diferencia entre kilos de grasa y kilos de músculo (antes de las maquinitas esas mamalonas, el objetivo era bajar a lo pendejo, lo que fuera, y “vencer a la báscula”, aunque estuvieras toda débil). Nunca se revela qué dieta les dio, espero que no las haya matado de hambre, pero a juzgar por el resto de los “especialistas” seguro les aventó un pollo hervido sin sal y una lechuga sin pimienta.

Por último, van a que les hagan la ceja. Ay. La obsesión actual alrededor de las cejas está descontrolada. Yo misma no puedo creer la cantidad de pintura que me echo todas las mañanas para “rellenarlas”. Pero eso ya no es suficiente, ahora te tienes que hacer microblading con unas agujitas que cortan y pintan a la vez. KHA.
 

Ah, en 2017 tampoco basta con que te enchines las pestañas con una cuchara y luego las embadurnes de rímel, sino que te tienes que ir a hacer implantes con las coreanas de la Zona Rosa... o con la chava que patrocinó este desmadre. Y hacerles la permanente y pintarlas. Y depilación en TODA LA CARA, porque al parecer la pelusita invisible que cubre nuestra piel como durazno también es “asquerosa”. Y relleno en la boca.

RELLENO EN LA BOCA.

Yo le quiero rellenar la boca a la “experta en imagen” con Cheetos de bolita para que se pinches calle.

(Por cierto, me encanta la moda de la ceja-peluda-Cara-Delevingne, pero a quién quieren engañar: el próximo año va a regresar la ceja-chola-Chicharito).
 

***
Los complejos con los que llegaron las y los concursantes son completamente absurdos. Por supuesto que están en su derecho de querer alterar su cuerpo, pero hay que preguntarse por qué lo desean con tanta pinche vehemencia. No es como que nacieron con la app preinstalada de “Odio el empaque en el que vine al mundo y haría lo que fuera por cambiarlo”. Es una inconformidad que se planta en nuestras cabezas cuando somos chiquitos, que va creciendo a lo largo de nuestra infancia y adolescencia, y que para cuando somos adultos ya nos tiene fritos. #NotAllAdultos, pero sí un chingo, sobre todo a las mujeres. 

¿Y saben qué NO ayuda a que la gente supere estos complejos absurdos?

ESTE TIPO DE CONCURSOS.

Está horrible presentar a cualquier persona, se vea como se vea, como alguien que NECESITA cambiar. Me parece todavía más grave hacer todo un show de transformación extrema de personas que, incluso con los rígidos parámetros de belleza occidental de 2017, NO LO REQUIEREN. Que sí, como a tooooodas, las van a juzgar por no ser talla 4 ni tener el cutis perpetuamente mate de forma natural ni tener cabellera de comercial de acondicionar 24/7, pero tampoco las van a discriminar de forma grave y constante... a menos que sigamos presentando contenidos como estos. Los cuales, además, alimentan la frustración de quienes aún creen esa estupidez de “No existen feas, sólo pobres” aunque no puedan pagar estas cantidades estratosféricas de dinero por pura mamada:
 

¡¿TREINTA MIL PESOS DE ESTILISTA?!

Martha, yo sé que estas chingaderas venden muy cabrón. Pero si alguien ya no necesita vender bien cabrón nada, Martha, ERES TÚ. ¿Para qué mandar un mensaje así de tóxico cuando puedes obtener la misma lana haciendo, no sé, un par de comerciales más para los filtros de agua? Usa tus poderes para el bien, Martha, porfis.

Y no podemos saber cómo les vaya a ir a Arianna y Gaby. De verdad espero con todo mi pinche corazón que estas chavas sean increíblemente felices con su transformación. Lo que más me preocupa es que, al menos en lo que se ve en los videos, jamás les preguntan qué quieren, qué les gusta, qué va con su personalidad, qué opinan. Simplemente les imponen una forma de verse, pum, como si fueran el producto de una maquila, y son looks completamente convencionales.
 

Supongo que ellas encontrarán la manera de regresarle su sello personal a su imagen, pero ahorita se ven como una imagen de stock de persona comiendo ensalada. 
 

Ay no.

A la próxima hay que hacer un Extreme Makeover feminista. Llevamos a las concursantes a un toquín en Casa Gomorra, unas sesiones del club de lectura de Tania Tagle y un par de talleres en Punto Gozadera. Van a salir viéndose igual... pero con el alma resanada, seguridad en sí mismas, una muy saludable relación poliamorosa y una receta para preparar pizza vegana.

 
 
 

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