Sumidos en el caos, los venezolanos luchan hoy contra las imposiciones de un régimen que ha cooptado todas las instituciones democráticas y ha dejado a la ciudadanía sin vías de expresión. Recordemos que hace apenas unos meses terminó de manera lamentable para el constitucionalismo venezolano el diferendo sobre refrendo revocatorio que habría dado la opción a los ciudadanos de votar para expulsar a Madero del poder.

Pero dejar el poder parece no ser una opción para Maduro quien, haciendo uso de sus facultades constitucionales  ha convocado a una Asamblea Nacional Constituyente.

Esto se convierte en el último intento de Maduro por sostener su vacilante presidencia luego de que el Tribunal Supremo controlado por el chavismo tomara la decisión en los últimos días de marzo, de despojar de sus facultades a la Asamblea Nacional (el órgano legislativo venezolano) en una serie de acciones que incluso dejaron sin fuero (sin protección parlamentaria) a los legisladores de oposición que son mayoría en el Legislativo. Un golpe de Estado que encendió la llama de las protestas que han llevado hoy a Maduro a tambalearse en la silla presidencial y dar un manotazo desesperado.

En la que parece ser la crisis más grave del régimen politico venezolano, su actual presidente Nicolás Maduro ha sobrepasado el límite de lo aceptable al llamar a la  Asamblea Constituyente y echar por la borda la actual Constitución Venezolana en una acción que, sin lugar a dudas puede interpretarse como un intento por perpetuarse en el poder dando un manotazo frente a una situación de caos que ya se la ha salido totalmente de las anos.

El llamado de Maduro tomó por sorpresa al mundo entero y ha sido condenado por la comunidad internacional y la oposición que ha denuncia un golpe de Estado y un atentado contra la democracia. Las imágenes de las calles venezolanas atestadas de civiles protestando duelen porque nos recuerdan la apatía con que el mundo y, en particular, América Latina, ha visto crecer la situación en el país haciendo oídos sordos ante los gritos desesperados de ayuda.

Invocando los artículos 347 y 348 de la constitución, ha publicado la convocatoria para crear una nueva Ley Fundamental que pondría fin a la que fue aprobada por su predecesor Hugo Chávez en 1999.

Golpe tras golpe, Venezuela continúa, como lo ha hecho desde hace meses, en las portadas de las secciones internacionales de todos los diarios del mundo, algo que de poco ha servido para que la comunidad internacional y latinoamericana hayan decidido tomar cartas en el asunto. Venezuela se desmorona, la dictadura se tambalea.

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