Una de las ideas más sobresalientes en la literatura sobre corrupción se asocia a los efectos de este fenómeno sobre la competitividad y el crecimiento económico. En efecto, este planteamiento constituyó una hipótesis central en las investigaciones sobre corrupción inauguradas por las instituciones multilaterales en la segunda mitad del siglo XX. En ese sentido, en este documento, nos ocupamos de relacionar las ideas de corrupción y competitividad empresarial.

Para ello, presentamos algunas consideraciones conceptuales para tener claro “el qué”, es decir, delimitar los elementos que abordaremos en la discusión. Para el desarrollo de este documento entenderemos por “competitividad” la definición de Alic (Citado en Cabrera, López, & Ramírez, 2011,) quien sostiene que “la competitividad es la capacidad de las empresas de diseñar, desarrollar, producir y colocar sus productos en el mercado internacional, en medio de la competencia con empresas de otros países”. Recurrimos a este concepto en la medida que relaciona implícitamente factores como productividad, innovación, bajos costos, alta calidad de los productos ofrecidos y gestión. El Centro de Estudios de Competitividad de México (Abdel y Romo, 2005) señala los siguientes factores como determinantes de la competitividad: investigación y desarrollo, calificación de los trabajadores, cooperación con otras empresas, sistemas de manufactura y producción.

En ese sentido, la competitividad es una característica crucial de la empresa para su permanencia en el mercado y la generación de valor agregado para sus clientes. De igual forma, puede verse como la columna vertebral que impulsa prácticas de gestión corporativa y responsabilidad social que fortalezcan la capacidad de una industria, región o país para obtener ventajas en el mercado internacional y promover el desarrollo económico. Como afirma Porter (Citado en Cabrera, López, & Ramírez, 2011), quienes compiten a nivel internacional no son las economías nacionales, son las empresas.

Por otro lado, a lo largo de este texto asumimos como corrupción “el abuso de poder para obtener un beneficio privado” (Transparency Internacional, s.f.). Si bien existen diferentes definiciones de este fenómeno, los elementos que permanecen comunes en ellas son: el ejercicio de una posición de poder, el desconocimiento de las funciones o responsabilidades asignadas a dicha posición y la búsqueda de un beneficio privado, personal o individual, en el marco de una organización pública o privada, o bien, en el relacionamiento entre ellas.

A continuación, relacionamos las ideas descritas anteriormente y trazamos algunas conclusiones en clave de agenda de política pública.

Competitividad, corrupción y ausencia de Estado de Derecho

La relación entre competitividad, corrupción y ausencia de Estado de Derecho es una problemática a la orden del día en México. Según el último Informe de Seguridad Empresarial de México, elaborado por la American Chamber of Commerce, la corrupción es la principal amenaza que enfrentan las empresas en el país. El informe, cuyos datos se obtienen a través de una encuesta aplicada a gerentes de empresas, afirma que el 52% de empresarios perciben como deficiente la actuación de las autoridades municipales y el 46% tiene la misma percepción del desempeño del nivel estatal frente a denuncias de corrupción (Animal Político, 2016). Este dato es significativo, pues permite identificar la elusión de la responsabilidad del Estado en la investigación y sanción de hechos de corrupción, aspecto que puede incidir en la confianza del sector empresarial en las instituciones públicas. Esta podría ser una de las principales causas para evitar denunciar hechos de corrupción en la empresa y asumir el problema como exento del control público. Igualmente, el estudio “México: Anatomía de la Corrupción”, elaborado por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, revela que las empresas mexicanas reconocen pagar sobornos principalmente para agilizar trámites, obtener permisos y licencias, impedir abusos de autoridad y participar en procesos de licitación con el gobierno. Según los autores del informe, “la corrupción hace que los emprendedores se enfrenten a altos costos de entrada al mercado, lo que explica el rezago de México en la creación de nuevas empresas en comparación con otros países de América Latina. (Animal Político, 2016)

Por su parte, de acuerdo con la organización PwC, una de cada tres empresas mexicanas fueron víctimas de delitos económicos entre 2014 y 2015, entre ellos, malversación de activos, pagos de sobornos, fraude en adquisiciones y uso indebido de información privilegiada. Es importante resaltar que el mismo estudio señala que las empresas identifican estos hechos por accidente y no a través de sistemas de control internos (El Financiero, 2016), conclusión que genera alarma pues pone de relevancia la necesidad de la creación de sistemas de integridad al interior de las empresas.

En suma, la corrupción afecta negativamente la competitividad porque aumentan los costos de operación de las empresas, lo cual puede modificar las iniciativas de inversión de la empresa en innovación, investigación y desarrollo. Además, este fenómenos distorsiona los precios en función de las alteraciones en la cadena de valor y tienen un alto impacto reputacional que puede afectar la demanda y las posibles redes de cooperación tecnológica con otras empresas. En mayo de 2014, Petco y PetSmart, cancelaron los contratos de compra de premios para perros fabricados en China. Estas empresas, hallaron indicios de que algunos alimentos podrían provocar graves enfermedades a los animales. Presuntamente, la causa de esta distorsión en la cadena de producción se debe a la “flexibilidad” de la supervisión gubernamental en China a los ingredientes de comida canina, lo que ha ocasionado la menor demanda de diferentes clientes de la empresa a nivel mundial.

Como factor externo, la corrupción y la ausencia de estado de derecho afectan la competitividad a raíz de la falta de infraestructura requerida por las empresas para la producción, transporte y almacenamiento de sus productos. De igual forma, tanto la corrupción como la ausencia de Estado de Derecho deterioran la igualdad de condiciones de competencia en las contrataciones públicas. Por ejemplo, en 2015 se conoció que directivos de la filial en México de la constructora OHL, presuntamente, acordaron incrementos a las tarifas de vías operadas en el Estado de México, se reunieron con funcionarios públicos para acordar la adjudicación de contratos y la forma de proceder contra otra empresa en medio de la competencia por estos. Este conjunto de prácticas delictivas, afectaron la posibilidad de otras empresas de participar con reglas de juego transparentes en los procesos licitatorios, minaron su capacidad para operar recursos públicos y le restaron al Estado un conjunto de proveedores para lograr asignar bienes públicos que fomentaran la competitividad empresarial, el desarrollo económico y el bienestar social.

Juan Camilo Ceballos

Investigador de la Dirección de Fortalecimiento de la Sociedad Civil

Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad.

@_fuancamilo. @ObsNalCiudadano

Referencias

Animal Político. (26 de Octubre de 2016). Anatomía de la corrupción: 43% de las empresas en México han dado sobornos. Obtenido de Animal Político:

Animal Político. (27 de Julio de 2016). Corrupción, la principal amenaza para empresas en México: American Chamber of Commerce. Obtenido de Animal Político:

Cabrera, A., López, P., & Ramírez, C. (2011). La competitividad empresarial: un marco conceptual para su estudio. Bogotá: Universidad Central.

El Financiero. (29 de Marzo de 2016). Una de cada tres empresas en México sufre delitos económicos. Obtenido de El Financiero:

Transparency Internacional. (s.f.). What is corruption? Obtenido de Transparency Internacional:

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